La reunión extraordinaria de la OPEP, pendiente de Yamani
Los ministros de Energía de los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) culminaban ayer sus consultas telefónicas de urgencia con el fin de celebrar este sábado una reunión extraordinaria -que tendrá lugar posiblemente en Londres o en Ginebra-, en la que el consorcio tratará de limitar el daño que le está produciendo la sobresaturación del mercado mundial de crudo. Ayer, sin embargo, faltaba aún el visto bueno para tal reunión del ministro de Petróleo de Arabia Saudí, el jeque Zaki Yamani, cuya asistencia es decisiva para la obtención de cualquier acuerdo.La urgencia del encuentro extraordinario es consecuencia de la difícil situación que algunos países productores englobados en la OPEP están atravesando como resultado del exceso de oferta y la subsiguiente caída de los precios en los mercados libres. Según informaciones del mercado de Rotterdam, el crudo arábico ligero, cuyo precio oficial es de 34 dólares por barril, se está vendiendo a 30 dólares, es decir, cuatro dólares menos.
Esta fuerte baja de los precios, sin precedentes en los últimos dos años, está causando estragos en algunos países, que ven mermados sus ingresos a niveles insoportables. El problema se ve agravado con la disminución paralela de sus volúmenes de ventas, que hace que su producción tenga que ser recortada por falta de compradores.
Un ejemplo de esta situación lo está dando Irán, país con especiales necesidades financieras en estos momentos dada la situación de guerra que vive con su vecino Irak. Los iraníes, tradicionalmente aliados del sector intransigente de la OPEP, se han visto obligados a reducir, por tercera vez en menos de dos semanas, el precio de su crudo -actualmente, su tarifa oficial es 30 dólares por barril- con el fin de limitar la huída generalizada de sus clientes.
Aparte de los casos individuales, el problema de la reducción de las ventas es crónico para toda la OPEP. El pasado año, la media diaria de ventas del consorcio fue de 22,5 millones de barriles, es decir 4,4 millones diarios menos que en el año precedente. Los datos disponibles para el mes de enero, según informaba en su último número la publicación especializada Petroleum Information International (publicada en Houston, Texas), son aun más alarmantes.
Por ejemplo, Libia ha visto reducida su producción en un 39%; Kuwait, en un 33%, e Irak, en un 66%. Incluso Arabia Saudí, cuya producción diaria era de 10,3 millones de barriles en el último trimestre de 1981, vende ahora menos de ocho millones de barriles.
La caída de las ventas de los países de la OPEP es resultado de tres factores fundamentales, en opinión de los expertos. Por un lado está la fuerte disminución de la actividad económica en los países industriales y sus esfuerzos para disminuir la dependencia del petróleo. En segundo lugar se encuentra la aparición de nuevos países productores, cuya cuota en el mercada mundial va en ascenso. Y, en tercer lugar, se encuentra quizá la razón más importante: la política de las compañías petrolíferas de inundar el mercado con unas existencias que, aparte de ser antieconómico conservarlas en la actual situación, son un instrumento manipulador a la baja de los precios.
Ante esta situación, la convocatoria de una reunión extraordinaria de la OPEP, casi tres meses antes de la ordinaria (prevista para mayo en Quito) es una cuestión de pura supervivencia para algunos países productores. No es así para Arabia Saudí, que dispone de colchón muy mullido de clientes y recursos financieros para soportar los envites del mercado.
Por otro lado, Yamani ha señalado reiteradamente que la actual situación del mercado no es más que una consecuencia directa de la política de altos precios que el consorcio ha seguido durante los últimos años.
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