Gadafi trata de sellar la reconciliación libio-tunecina
El jefe del Estado libio, Muamar el Gadafi, inició ayer una visita oficial a Tunicia, la primera desde que fracasara la unión política libio-tunecina, firmada en la isla de Djerba en enero de 1974, destinada a sellar la reconciliación entre ambos países magrebíes, políticamente distintos. El controvertido dirigente de la Jamahiria será recibido hoy, en el palacio presidencial de Cartago, por su homólogo tunecino, Habib Burguiba.Gadafi y el importante séquito que le acompaña penetraron ayer por carretera en territorio tunecino, siendo recibidos en la localidad fronteriza de Ras-Jedir por los ministros tunecinos de Asuntos Exteriores y Defensa, Beji Caid Essebsi y Saldedin Baly. Posteriormente almorzó en Sfax, al extremo del golfo de Gabes, con el primer ministro tunecino, Mohamed Mzali.
El golfo de Gabes, donde la plataforma submarina alberga importantes yacimientos de hidrocarburos, sigue siendo uno de los puntos de litigio entre Túnez y Trípoli Esta última capital se opuso recientemente a la entrada de Tunicia como miembro de derecho de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El coronel Gadafi intenta mejorar su imagen de marca en un país que sigue reprochándole haber estado mezclado en el intento de asalto a la localidad tunecina de Gafsa en enero de 1980 por un comando anti-burguibista, cuyos principales cabecillas fueron ejecutados en abril de ese mismo año.
Desde entonces, gracias a una tenaz labor moderadora del jefe del Gobierno tunecino, las relaciones entre las dos capitales se han descrispado considerablemente. El presidente Burguiba habría aceptado entrevistarse con Gadafi a condición de que éste le restituya el documento firmado por ambos relativo a la fusión política de los dos países.
Las relaciones tunecino-libias han atravesado por varios altibajos en los dos últimos años. Los dirigentes tunecinos afirman hallarse convencidos de que, a pesar de sus desmentidos, Trípoli es la base logística e ideológica de diversas tentativas de desestabilización del régimen, apoyándose en las corrientes revolucionarias representa das por el Movimiento Nacional de Ibrahim Tobal, basado alternativamente en Argel y parís, o el llamado Frente de Liberación Nacional tunecino, dado a conocer tras el asalto a Gafsa.
En mayo de 1980, las autoridades de Túnez revelaban la existencia de una gigantesca base aérea instalada a dieciocho kilómetros de la frontera tunecina, así como la presencia de unidades de la Marina libia no lejos de las costas tunecinas. Según los tunecinos, la base aérea, bautizada Once de Julio, se había construido en la zona de EI-Watia y disponía de medio centenar de aviones interceptores Mirage y Mig y veinte helicópteros de ataque provistos de misiles.
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