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CANTABRIA

Seis familias de un pueblo santanderino construyen su propio embalse

Las seis familias que habitan Dobarganes, un pequeño pueblo situado a 938 metros de altitud, a la sombra de los Picos de Europa, han construido, con el único recurso de su trabajo y el apoyo técnico y económico del Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (Iryda), un embalse capaz de almacenar 70.000 metros cúbicos de agua. Con esta obra, en la que tan sólo han invertido tres millones de pesetas, se recupera el importante caudal de agua proveniente del pico Jano, y estas seis familias impulsan el desarrollo de sus medios sustanciales de vida: la agricultura y la ganadería.

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El diputado de UCD Isaac Aja, presidente de la Asamblea Regional

"Pensamos triplicar nuestra producción de carne y leche", afirman los vecinos de Dobarganes, que tan sólo tres años atrás parecían condenados a desaparecer, víctimas de la despoblación, como tantos otros pueblos de la zona lebaniega. Sin embargo, el esfuerzo y la voluntad de permanecer del medio centenar de habitantes no sólo han modificado esencialmente la calidad de vida, superando carencias y aislamiento, sino que han creado las condiciones para desarrollar y potenciar sus economías.Las obras de carácter comunitario de los vecinos de Dobarganes se iniciaron, hace ahora tres años, con el asfaltado de calles sustituyendo el lodazal de barro, y la iluminación de éstas. La peligrosa y angosta vía de comunicación -un sendero de difícil circulación abierto en pleno monte- que les unía con la carretera de Santander a León, y por donde los enfermos debían ser trasladados a hombros por lo inclinado y abrupto de la pendiente ha sido sustituida por una carretera de cinco metros de anchura Para el ganado se construyeron un albergue y varios abrevaderos en pleno monte.

Un pantano que frena la emigración

Pero, sin duda, nada habría evitado la emigración -la comunidad constaba de ocho familias desde principios de siglo, de las que sólo dos abandonaron el pueblo con posterioridad a los años setenta- de no culminar con éxito la construcción del pantano. Un sueño largamente acariciado por los dobarganeses, que veían perderse monte abajo el agua proveniente de los cercanos Picos de Europa, en tanto que las trescientas hectáreas de praderías se abrasaban en el verano, impidiendo no sólo la agricultura, sino el aumento y desarrollo de la cabaña vacuna. En esta comarca cántabra, que limita con Palencia y Burgos, el índice pluviométrico de la región desciende en casi dos tercios, en tanto que sus habitantes contemplan, impotentes, el deshielo de las impresionantes nevadas y su marcha hacia las tierras bajas de Cantabria.La idea inicial de construir el pantano con hormigón fue desechada por los servicios técnicos del Iryda, debido a la constitución geológica de la zona, donde, según los expertos, las montañas aún se mueven. El hallazgo de arcilla solucionó el problema, utilizándose 15.000 toneladas de ésta para la construcción de la presa, que tiene sesenta metros .de anchura y 36 de base, y está diseñada para resistir quince veces el máximo empuje de las aguas embalsadas a lo largo de sus 15.000 metros cuadrados de superficie.

A primeros de enero, el ambalse, con capacidad para aO.000 metros cúbicos, se encontraba a más de la mitad de su capacidad, a pesar de la escasa lluvia caída en la región. Las previsibles nevadas en el cercano pico Jano harán el resto. Una manguera general pondrá el líquido a disposición de las captaciones individuales, y las trescientas hectáreas de praderías serán regadas por el sistema de aspersión. Ello posibilitará que entre el mes de marzo y octubre los cortes de alfalfa se sucedan cada tres semanas, garantizando así el alimento para el ganado y hasta la posible producción de hortalizas, labor impensable hasta el momento debido a la sequía. La cabaña ganadera de Dobarganes también podrá verse sensiblemente aumentada con el pantano.

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