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Un jurado declara inocente al joven que secuestró un autocar escolar en Bélgica

Soledad Gallego-Díaz

Michel Stree es un muchacho belga de 22 años, culto y sensible, que un buen día de 1980 decidió llamar la atención de sus compatriotas sobre la insoportable situación social que atraviesan muchos jóvenes como él en Bélgica y en todo el mundo industrializado.Armado con una pistola cargada, Michel secuestró un autocar escolar, con alumnos algo más jóvenes que él mismo, y mantuvo angustiado durante doce horas a medio país, que contempló en la pequeña pantalla el secuestro y vio cómo una brigada antiterrorista, con todos sus pertrechos, conseguía finalmente detenerle cuando entraba en los locales de la televisión con varios niños, convencido de que le iban a dejar hablar.

Ayer, un jurado belga decidió declararle inocente: doce hombres y mujeres se han conmovido con su historia y han aceptado la tesis del defensor, según la cual, Stree actuó movido por una fuerza irresistible.

Esto ha ocurrido a pesar de los esfuerzos del fiscal que reiteró que un secuestro de niños no podía permanecer impune. El joven ha logrado la "misericordia" que el mismo solicitó durante el juicio a los miembros del jurado.

A lo largo de tres semanas, la Prensa y la televisión han seguido con una atención cada día creciente el caso Stree, convertido en un símbolo de una juventud europea exasperada por la crisis económica, las injusticias sociales y la situación internacional: millones de muertos por hambre, matanzas en América Latina e Indochina, carrera de armamentos...

Poco a poco, Bélgica -el país de la CEE con más alto índice de paro- ha comprendido cuál era la fuerza irresistible que movió a este muchacho a actuar como lo hizo: su padre, un hombre de cincuenta años, subió al estrado para contar, en voz baja y como avergonzado, que estaba en paro desde hace tres años, después de haber trabajado treinta en la misma empresa.

Stree padre, divorciado, relató su vida y la de su hijo, un joven cariñoso y apegado al hogar que se sentía angustiado al verle continuamente en casa sin dinero y dando continuamente vueltas sin saber qué hacer.

El testimonio de la madre de uno de los niños secuestrados puede haber sido decisivo: "Sí", dijo esta mujer, representante típica de la clase media belga, "sí, me sentí muy angustiada mientras duró el secuestro; pero le comprendo muy bien. Sé lo que debe sentir Michel. Para mí, él no es culpable, sino los que permiten situaciones así". Una jovencita, antigua novia de Stree, se declaró seriamente dispuesta a ser rehén voluntario en una acción semejante a la efectuada por Michel.

Comportamiento irreprochable

El conductor del autocar, que reconoció haber pasado mucho miedo, explicó que el joven pidió a los niños que se taparan los oídos cuando hizo algunos disparos al aire desde una ventanilla. Sus compañeros de escuela relataron las largas horas discutiendo cómo podían ayudar a sus familias, cómo colaborar para solucionar los problemas del mundo... Hasta el director de la prisión en la que Stree ha estado confinado hasta su juicio declaró a su favor: "Es un joven serio y sensible que ha madurado mucho estos últimos meses y que ha tenido un comportamiento irreprochable en la cárcel, ayudando siempre a otros presos".El propio Michel explicó muy bien su situación: "Había llegado a un extremo en el que otros se hubieran suicidado o comenzado a drogarse".

El fiscal se mostró comprensivo, pero alegó que Stree debía ser condenado a tres años -aunque pidió que se le concediera inmediatamente la libertad condicional- para impedir que otros jóvenes actuaran en el futuro como él. El defensor pidió la absolución: "Si le declaran ustedes inocente no estarán animando a otros jóvenes a hacer lo mismo: estarán negándose a desanimar a aquellos que creen aún que es posible el diálogo".

El abogado se mostraba confiado pocas horas antes de conocerse el veredicto: quienes van a decidir no son expertos en derecho, sino hombres y mujeres como el padre de Michel que saben por propia experiencia hasta qué extremo puede ser intolerable para un joven lo que sucede a su alrededor. En efecto, el jurado ha considerado que Michel era inocente, tanto como si hubiera optado por suicidarse o drogarse.

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