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El PSA se disputa el espacio electoral del PSOE

El lugar privilegiado en el que las encuestas sitúan al PSA -el segundo, detrás del PSOE- ha cogido desprevenidos a la mayor parte de sus dirigentes, que sólo aciertan a explicar su hipotética ventaja cuando repasan los problemas de los demás: el desprestigio de UCD, la escasa implantación de Alianza Popular y de Unidad Andaluza y la pérdida de imagen de los comunistas. Pero tampoco ellos están exentos de problemas. El PSA, en estos momentos, carece por completo de cuadros y líderes en las fábricas o en el campo, a lo que hay que añadir los resentida que está la organización en Granada, Cádiz y Huelva, tras las explusiones del pasado año de los sectores más izquierdistas. Paradójicamente, ahora el PSA pretende reforzarse con la incorporación de conocidos líderes del radical PAUPTA. En los ayuntamientos, su presencia se reduce a 18 alcaldes y 259 concejales.Esta ausencia de arraigo popular es una de las razones que han llevado a los dirigentes del PSA a fomentar la fusión con el Partido Unificado Andaluz-Partido del Trabajo de Andalucía (PAU-PTA), último reducto importante del radicalizado y ortodoxo, dentro de la ideología marxista-leninista, PTE, aunque después encuentren dificultades para explicar esta operación política a su electorado. El PTE andaluz cuenta con una considerable presencia en el campo, y con 14 alcaldes y casi trescientos concejales. En el PSA todavía no saben si todos estos cargos municipales van a ingresar en sus filas, porque el PTE se encuentra en pleno debate sobre su futuro. No obstante, este periódico ha podido constatar que el pacto se ha efectuado ya entre las direcciones de ambos partidos, que implica necesariamente la autodisolución del PTE. El líder que el PSA va a presentar para competir con el socialista Rafael Escuredo en la presidencia de la Junta es Luis Uruñuela, titular de la codiciada alcaldía de Sevilla. Alejandro Rojas Marcos, secretario general del PSA, va a ocupar, muy probablemente, el número dos por Sevilla, inmediatamente después de Uruñuela, aunque ello suponga la pérdida del escaño de Roías Marcos -por incompatibilidad- en el Congreso de los Diputados.

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Durante la campaña electoral, el PSA tratará, en primer lugar, de alejar lo más posible los tintes de folklorismo que en más de una ocasión le han atribuido. Su primer objetivo va a ser ofrecer una imagen de seriedad, cualidad ésta que fue puesta en entredicho cuando Alejandro Rojas Marcos aceptó el pacto que le propuso el entonces ministro de Administración Territorial, Rodolfo Martín Villa, para desbloquear la autonomía andaluza por la vía del artículo 144 de la Constitución. Esta fórmula fue duramente criticada por la izquierda y por Manuel Clavero. El vicepresidente del PSOE, Alfonso Guerra, calificó las intervenciones parlamentarias de Rojas Marcos y Martín Villa, en unos debates que contemplaron la mayoría de los españoles a través de la televisión, como una "gran farsa". Desde entonces, a los andalucistas del PSA se les empezó a conocer en círculos políticos como "los de El Palmar de Troya", y a Alejandro Rojas Marcos le identificaban, por sus supuestas dotes de comediante, con el vidente Clemente, el superior de la orden de El Palmar.

Sin embargo, en el PSA se tiene el convencimiento de que aquello no estuvo mal hecho, porque, según ellos, fue lo que permitió desbloquear el proceso autonómico, si bien reconocen que no han sabido explicárselo a los andaluces. "Volveríamos a repetirlo y eso se lo vamos a dejar muy claro a los andaluces en nuestra campaña electoral", asegura el diputado andalucista Miguel Angel Arredonda. "La gente que nos vote tiene que saber que el PSA pactará con quien considere necesario, sea la izquierda o la derecha, ton tal de arrancar mejoras para Andalucía"

Escuredo, un "accidente"

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El otro punto central de la campaña está pensado exclusívamente para restarle votos a su principal adversario político, el PSOE, con un mensaje que, en síntesis, viene a decir: "Es mejor para la autonomía andaluza votar a un partido de izquierdas nacionalista que a uno de izquierdas centralista", y en torno a esta idea los responsables publicitarios del PSA van a elaborar el eslogan central de la campaña. Con toda seguridad se puede afirmar ya, a tres meses del día de las elecciones, que la palabra centralista, dedicada al PSOE, junto con el agravio comparativo con vascos y catalanes, va a ser el sonsonete machacón del PSA durante la campaña electoral.El demostrado nacionalismo de Rafael Escuredo, que, en principio, invalida el supuesto centralismo de los socialistas, piensa neutralizarlo el PSA denunciando lo que ellos creen que es un "accidente casual dentro del PSOE", en palabras del diputado Arredonda. "En el PSOE", prosigue, "Rafael Escuredo es un puro accidente, es un nacionalista aislado en un partido que no es nacionalista. Y todo el mundo sabe que no cuenta con el apoyo del aparato socialista. Alfonso Guerra lo quitará de enmedio en cuanto crea pueda hacerlo".

UCD, que les ayudó económicamente en las elecciones generales del 79 para contrarrestar el avance de los socialistas, no tiene ningún interés en repetir la experiencia. Tampoco van a ser financiados por la CEOE, que prefiere ayudar a UCD y a AP, por lo que el PSA ha tenido que ir a buscar fondos para costear la cámpafia a Libia e Irak, según informó a El PAIS un destacado dirigente andalucista.

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