La mayoría del Comité Ejecutivo de Cepyme amenaza a Cuerva con acciones legales si no retira su reforma estatutaria

Cepyme, la patronal de las pequeñas y medianas empresas, sigue en combustión interna. El polémico desenlace de la última junta directiva celebrada la semana pasada, en la que su presidente, Gerardo Cuerva, logró, frente al rechazo de una significativa parte de directivos, sacar adelante una modificación de los Estatutos y del reglamento de la organización para eliminar el voto delegado en las elecciones a la presidencia a las que volverá a presentarse, suma ahora un nuevo capítulo en forma de carta. Dos folios, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, en los que la mayoría de miembros del Comité Ejecutivo denuncian “graves irregularidades” cometidas por su máximo mandatario, al que amenazan con llevar ante la justicia si no retira de manera “inmediata” la reforma del reglamento.

Fuentes de la dirección de Cepyme rechazan de plano las acusaciones vertidas en la carta: “Enviar una carta defendiendo tesis y actuaciones en contra de la democracia y del buen gobierno es difícil de explicar”. Los promotores de la misiva aseguran que 20 de los 26 miembros del Comité Ejecutivo respaldan la carta. Desde la dirección de Cepyme indican que han recibido el texto de parte de 15 miembros.

La carta, fechada en Madrid el pasado día 20 de febrero, utiliza términos muy gruesos y duros contra Cuerva ya desde el principio. “Tras los lamentables hechos a los que asistimos en las reuniones del Comité Ejecutivo y de la Junta Directiva el pasado 18 de febrero en la que se cometieron una serie de graves irregularidades, tanto de forma como de fondo, que supusieron una grave transgresión de los Estatutos de Cepyme y que han dañado gravemente la confianza de los miembros en la organización y su imagen externa”, dice la misiva, “[...] realizamos por la presente una serie de requerimientos con la finalidad de reparar, en la medida de lo posible, el daño causado a la organización”.

Antes de detallarlos, la carta denuncia “la falta de información” de la que adolecieron los vocales de ambos órganos “en ámbitos tan relevantes como una supuesta modificación estatutaria”; y la imposición “en el mismo momento de la reunión” de la adopción “de acuerdos mediante voto secreto, sin considerar el parecer de los vocales de dichos órganos”. A estas dos reclamaciones le acompaña después la acusación de haber propiciado “conscientemente” la “vulneración del artículo 57 de los Estatutos de Cepyme”, y de someter a votación de la Junta Directiva “una propuesta inexistente con una redacción desconocida, burlando con ello las competencias del Comité Ejecutivo de Cepyme”.

La dirección de Cepyme, por su parte, considera que el cambio en el reglamento, con la eliminación del voto delegado, democratiza la organización: “Las organizaciones empresariales se deben regir por principios democráticos tal y como dicta el artículo 7 de la Constitución. Quienes defiendan otra cosa y lo hacen públicamente, como lo están haciendo, deben dar muchas explicaciones”. En la misma línea, las mismas fuentes subrayan: “No podemos aceptar que nuestra organización no se rija por principios democráticos. Es inconcebible. En pleno siglo XXI en la Europa democrática quieren votar como con Franco. Y se van a llevar por delante el crédito de las organizaciones.”

Reforma del reglamento

Los firmantes de la carta solicitan a Cuerva la “inmediata retirada de la reforma del Reglamento de Régimen Interior aprobada de forma ilegal”, y anuncia que, de no llevarse a cabo, los directivos se reservan “las correspondientes acciones legales en tutela de los derechos de los miembros de Cepyme, incluida la solicitud de una medida cautelar para la inmediata suspensión del referido acuerdo”.

A esta reclamación inicial se suman otras dos: “el inmediato inicio del proceso electoral para la elección del Presidente y Comité Ejecutivo” ―que de no comenzar ya advierten que no aprobarán ningún acto ni propuesta de acuerdo que se proponga desde la presidencia “que no tenga relación directa y necesaria con dicho proceso electoral”―; y la disposición “durante el proceso electoral” de “la más completa información sobre los puntos a aprobar por cada respectivo órgano” para todos los vocales del Comité Ejecutivo y la Junta Directiva.

Ante estas peticiones, la dirección de Cepyme resalta que “el Comité Ejecutivo es un órgano colegiado del presidente y no tiene competencias para cambiar las normas internas, solo se ocupan de la gestión diaria”. “Deben aceptar que la Junta Directiva ha apoyado mayoritariamente votar de forma libre y secreta. Y hay que recordar que entre las competencias de la Junta también está la de supervisar la actuación del propio Comité”, añaden las misma fuentes.

La carta termina deseando una reacción por parte de Cuerva, “en la esperanza de que podamos dar la voz a nuestras organizaciones de forma democrática y con pleno y absoluto respeto a las normas que rigen Cepyme”.

Fractura presidencial

La fractura entre Cepyme y la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), en la que la patronal de las pymes está integrada, toma cuerpo en la desafección que sienten hoy sus dos presidentes. La opinión de Antonio Garamendi respecto a Cuerva se ha degradado en los últimos meses, hasta el punto de que en una tensa reunión en enero le transmitió que propondría y apoyaría a otro candidato. El líder vasco considera que la relación entre ambas organizaciones se ha apartado de un esquema vertical, lo que ha dado pie a que Cepyme tenga voz propia.

Ante esta situación, Cuerva, que tardó unos días en anunciar que se postularía para una nueva reelección ―ostenta el liderazgo de Cepyme desde 2019― tomó la decisión en la junta del pasado 18 de febrero, de proponer la eliminación del voto delegado para evitar así que las “presiones” que, según él, CEOE lleva a cabo sobre las demás patronales integradas pudieran jugar en su contra. Sin embargo, esta maniobra, que sumió durante horas en el caos a la organización, fue entonces duramente contestada por unos detractores que ahora vuelven a evidenciar su profundo malestar con el comportamiento de Cuerva.