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ANDALUCIA

Un minero muerto y once heridos por explosión de grisú en un pozo cordobés

Una explosión de grisú se produjo ayer en el pozo Espiel, de la Empresa Nacional Carbonífera del sur, con central en Peñarroya-Pueblonuevo. Como consecuencia de la onda expansiva murió en el acto el minero José Rodríguez Moreno, de 44 años, casado, padre de cuatro hijos y vecino de Villaviciosa, quien, aparte de múltiples heridas, padeció la fractura de la base del cráneo. Asimismo resultaron heridos, con quemaduras de diversa consideración, once mineros, entre ellos un paquistaní. Todos ellos fueron trasladados al centro de quemados de la Ciudad Sanitaria Virgen del Rocío, de Sevilla.

Ayer era opinión general que no se había cumplido la previa inspección y vigilancia, así como que los equipos de ventilación no habían sido puestos en marcha con la antelación suficiente.Como consecuencia de la explosión, que se produjo a las ocho de la mañana, cuando el primer relevo, de unos 80 trabajadores, entraba en el pozo Espiel, situado a tres kilómetros del pueblo del mismo nombre, todos los mineros, cualquiera que fuera su situación en los distintos niveles de explotación de la mina (125 metros, 185 y 250) cayeron despedidos por la presión suscitada. Los heridos, además de presentar quemaduras de tercer grado en la epidermis, están afectados en todo el tramo broncofaríngeo-pulmonar por la respiración del aire en estado de deflagración. La explosión se produjo cuando acababan de bajar en las dos jaulas de descenso los 80 trabajadores del turno matutino y ya se habían dividido entre los diferentes tajos y niveles.

Varios mineros apuntaban ayer la posibilidad de que el vigilante de seguridad, equipado del grisúmetro, no entrara sino con el resto de los compañeros. El hecho de que el citado vigilante, Juan Berenjena Jiménez, sea uno de los afectados por la explosión, impide por el momento aclarar tal extremo. Tampoco los dos ingenieros citados, más algún ingeniero técnico que les acompañó, han podido comprobar la posibilidad de que no se haya producido derrumbe en el lugar de la explosión, ya que estaba averiada la ventilación, hecho que les impidió realizar la inspección. Este tema es otro de los que suscitan controversia. Mineros presentes en la bocamina protestaban airados por el hecho de que el domingo se hubieran paralizado, como es costumbre en cada fiesta -costumbre por ellos cuestionada- las turbinas de aspiración, que no fueron puestas en marcha hasta cuatro horas antes de la entrada al trabajo, dato que confirmó el lampista encargado precisamente de poner en marcha la ventilación interior.

EL PAIS visitó a la familia del fallecido en el pueblo de Villaviciosa, prácticamente congregado en torno al modesto hogar de la calle Goya, en el extrarradio, de donde a las cinco de la madrugada había salido José Rodríguez para su turno de trabajo. Manuela Ramírez, la esposa, rodeada de sus cuatro hijos, parientes y vecindario, señalaba el hecho de que el domingo lo pasaron entre todos cavando un pequeño olivar que adquirieron recientemente con los modestos ahorros familiares. Fuentes autorizadas de la Ciudad Sanitaria Virgen del Rocio, de Sevilla, a cuya Unidad de Quemados fueron trasladados nueve de los heridos, informaron ayer tarde que siete de ellos se encuentran en grave estado, en particular José Pulido, con quemaduras que afectan al 85% de su cuerpo, J. Gómez, con el 79%, y Francisco Calero, con el 66%. El pronóstico era leve para las otras dos víctimas, Juan Berenjena y Rafael Cabanillas, cuyas quemaduras afectaban solamente al 5% de sus superficies corporales, según informó José Aguilar.

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