Se mantuvo la orientación positiva de las bolsas
La semana ha comenzado bajo los mejores augurios, con unas bolsas claramente orientadas al alza como consecuencia de una demanda bien nutrida, y que no presentaba demasiados escrúpulos ante casi ninguna de las posibilidades de inversión que se le ofrecían. Por su parte, los vendedores tampoco se mostraron excesivamente pródigos a la hora de cursar órdenes y, así, los cambios experimentaron unas evoluciones casi uniformemente positivas, persistiendo a la hora de concluir las operaciones un nutrido crupo de inversores que demandaban más títulos.Esta situación resultó muy similar en las cuatro bolsas españolas, y, la avidez de los compradores por adquirir títulos hizo que se limasen, hasta prácticamente desaparecer, las diferencias en los cambios que suelen existir entre las distintas plazas.
Los sectores de inversión y, empresas químicas fueron los que centraron en mayor medida la atención de los inversores. Las empresas del primer grupo están centrando un buen número de demandas, como corresponde a momentos en los que las previsiones bursátiles apuntan por un período alcista. Las dificultades con que está tropezando la non nata Ley de Inversión Colectiva, parecen haber sido olvidadas por los inversores.
En el caso de las empresas químicas, Papelera Española, Petróleos y, Explosivos han sido los encargados, prácticamente en solitario, de tirar del índice particular de su grupo. Las razones que avalan las mejoras de estas sociedades no aparecen excesivamente claras por el momento. Lo cierto es que desde hace varias sesiones, algunos inversores institucionales han venido canalizando parte de sus inversiones hacia estos valores. En esta acción han sido seguidos, con algún retraso, por los particulares. A última hora de la mañana de ayer, en la Bolsa madrileña, tras la mejora de 1,25 puntos que reflejó Explosivos, se generó una oferta muy abultada que, curiosamente, no parecía preocupar en exceso a los especialistas.
Por su parte, los valores del grupo bancario continuaron atrayendo una tibia demanda que les servía para respaldar algunos avances. Bilbao, Central, Hispano y Vizcaya presentaban unos saldos vendedores en la Bolsa de Madrid que no llegaban en nigún caso a los dos millares de títulos. No obstante, la incógnita que se producía una vez más era si estos saldos respondían a la totalidad de órdenes cursadas, o si por fuera de la caja existían otras órdenes de compra que autentificasen estas subidas.
En cuanto a Banesto, Popular y Santander presentaron una mayoría de órdenes de compra que en el caso de esta última entidad llegó a representar 58.749 acciones, y a pesar de tener una recomendación de llevar su cambio al 363%, el precio definitivo de los títulos del banco montañés quedó fijado en el 36% en Madrid. Esta actitud de los cuidadores de este valor contrasta poderosamente con lo que ha sido la agresividad bursátil del Santander.
Aparte de los signos que puedan presentar las partidas fuera de caja, los especialistas han llegado a la conclusión casi unánime de que la remisión a mejorar sus cotizaciones que muestran los reponsables del valor, viene dada por los deseos de que los precios de las acciones del Santander no superen la cota del 367%, precio al que recibieron sus acciones los bonistas de la emisión de 1980.
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