La ciencia y Joan Fuster
Produce tristeza leer artículos como el de Joan Fuster: "Siguen inventando ellos", publicado el pasado sábado.Arremete Fuster contra Unamuno, de quien traza una caricatura simplona, de ésas tan prodigadas en los medios que, a falta de mejor palabra, suelen llamarse progres. Sin embargo, ninguna caricatura puede alterar el hecho de que Unamuno es una de las cumbres del pensamiento español de este siglo, y de que la proyección de su obra rebasa ciertamente nuestras fronteras. Está la desafortunada frase "inventen ellos", pero habría que preguntar a los que con tan pobre enseñamiento la esgrimen: ¿Creen ustedes de verdad que esa frase resume a Unamuno? Y por lo demás, ¿qué han inventado ustedes?
Las palabras de Fuster me llevan a otra reflexión. Se ha achacado al franquismo el haber condenado al olvido a nuestra mejor intelectualidad del primer tercio de siglo. Y es cierto que Marañón, Ortega, Azaña, Madariaga, Unamuno y otros han sufrido (¡sufren!) el olvido entre gran parte de la juventud actual. Perom -más que el franquismo -que fue mayormente indiferente-, ha influido en esta lamentable situación la actitud de ese sector que he llamado progre. Yo estudié en los últimos años del anterior régimen, y recuerdo con qué jactancia ignorante se descalificaba entre los medios avanzados a los citados autores y a muchos otros. Los universitarios estaban (estábamos) literalmente hipnotizados por corrientes de pensamiento americanas o francesas, simples modas pasajeras en buena medida, y nos permitíamos despreciar olímpicamente lo que desconocíamos, aprovechando frasecillas como la que Fuster enarbola.
No son muy afortunados los tópicos de Fuster sobre la ciencia española. Desde luego, nuestra tradición científica no está a la áltura de la artística, pero es ridículo oponer una a la otra, como amaga Fuster. Tampoco es comparable la ciencia española con la inglesa, la alemana o la francesa, pero con todo no deja de tener su peso, un peso mucho mayor que el de las manías de grandeza o de miseria que ostentan sus detractores. En cualquier caso, si la ciencia no se ha desarrollado más en este país, ello tiene poquísimo que ver con tal o cuál dicho de Unamuno, y sí bastante con la actitud vocinglera y algo resentida de tantos genios menores como aquí abundan.
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