Los damnificados por el terremoto argelino ya tienen hogares
ENVIADO ESPECIAL El milagro se ha producido para las 20.000 familias de damnificados por la catástrofe sísmica que asoló la región argelina de El Asnam en octubre de 1980. Catorce meses después, todos los campamentos de lona, en los que habían sido alojadas provisionalmente, han desaparecido por completo para dar paso a cuatro enormes complejos urbanísticos, de material prefabricado, en lo que constituye la más rápida operación inmobiliaria realizada en este país.
Los recursos financieros excepcionales destinados a esta operación, la participación directa del Ejercito en la reconstrucción de El Asnam y el aporte material y tecnológico prestado por numerosos países, entre ellos España, son los autores directos de ese milagro.
Pero al margen de ello hay que subrayar la voluntad política del régimen argelino y la cooperación humana prestada por los mismos damnificados, que tuvieron que soportar las someras condiciones de vida de las tiendas de campaña que sustituyeron a los alojamientos arrasados por el seísmo.
Cerca de 400 kilómetros de carretera han sido construidos para viabilizar los centros urbanísticos prefabricados. El mayor, edificado en la zona de Chettia, a pocos kilómetros de El Asnam, cuenta con 5.600 viviendas. Los bloques escolares son obra de una firma constructora española. Gracias a ese esfuerzo, El Asnam, bautizada ahora como Ech Cheliff (nombre del río que atraviesa la región), ha recuperado su normalidad.
En las ciudades prefabricadas, así como en la parte de la antigua capital que no quedó destruida por el terremoto, han brotado todo tipo de comercios, desde el clásico café árabe hasta la librería, pasando por un sin fin de tiendas de comestibles. Visto desde la óptica occidental, ese esfuerzo puede parecer de poca importancia; observado desde el ángulo de la vida argelina, es digno de encomio.
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