_
_
_
_

El director del Instituto de Conservación de Obras de Arte denuncia la inercia de la Administración

"Se trabaja mucho, pero, como en la guerra, se trabaja para el salvamento", dice José María Cabrera

Cuarenta personas solamente atienden, desde el Instituto de Conservación y Restauración, el estado de las obras de arte en España, uno de los países con más patrimonio histórico-artístico, que se destruye poco a poco por falta de presupuesto y por exceso de burocracia, como han reconocido el director general de Bellas Artes y el director del instituto.

«La restauración en España», manifestó José María Cabrera, director del instituto, «sufre toda la inercia horrorosa de la Administración y, en consecuencia, el movimiento es lento. En contrapartida, tenemos un patrimonio que está deshecho. Se trabaja mucho, pero, al igual que cuando se está en guerra, se trabaja para el salvamento».Una muestra de lo dramático de la situación, como la califican el propio director general de Bellas Artes, Javier Tusell, y José María Cabrera, son las peticiones pendientes de atender que tiene el instituto: 702 obras depositadas en sus almacenes, algunas desde hace quince años; 25 kilómetros de retablos; 40.000 metros cuadrados de mosaicos; 50.000 de pinturas murales.

Testimonios gráficos en los que se ve cómo crece la yerba ante un retablo para el que se solicita restauración o cuadros con parte de la tela rasgada y colgando son otros ejemplos que aporta José María Cabrera.

El problema principal de esta situación es la falta de personal. No hay posibilidad de aumentar los cuarenta restauradores, tres químicos, tres fotógrafos, un documentalista y un bibliotecario que tiene el instituto, ya que las plantillas están congeladas, según la normativa dictada por Hacienda hace años, que, aunque permite excepciones, éstas no se han aplicado a Cultura, aunque sí al incremento de los inspectores de Hacienda.

No obstante, algunos museos, los menos, tienen un cuadro propio de restauradores y, en algunos casos, se contratan restauradores privados, si bien es el instituto el centro nacional responsable y, en cualquier caso, su número total «es insuficiente», asegura Javier Tussell, «porque España necesita muchos más. Sin embargo, el personal que tenemos es muy cualificado, bueno, técnicamente de mucha altura».

Conservación integral

Para José María Cabrera, la conservación y restauración de las obras de arte habría que abordarlas desde un concepto de conservación integral, a partir de la conservación de la vida en los pueblos, abandonados -actualmente existen unos 10.000 municipios en esta situación- a consecuencia del fenómeno de la industrialización y el desarrollo.También se pide una toma de conciencia del Gobierno y de la población, que aproxime a España a otros países, como Italia o Francia, en los que el patrimonio cultural es lo importante y después los problemas económicos y financieros.

La política de la Dirección General para los próximos años «se centrará», explica el director general de Bellas Artes, «en potenciar los centros nacionales, tanto el de restauración de obras de arte como el de monumentos, que, en teoría, también existe, e intentar conseguir, a medio plazo, duplicar el número de personas y una mayor flexibilidad de la Administración. Muchas veces tenemos dinero para restaurar, pero el mecanismo burocrático interrumpe el trabajo, como ha ocurrido en la catedral de León. Yo creo que los cien millones que necesita la catedral de León son más importantes para España que una carretera, por ejemplo».

En el último año, la Dirección General realizó una ampliación y mejora de las instalaciones del Instituto de Conservación de Obras de Arte y consiguió la estabilidad del puesto de trabajo para el personal. Se restauraron 239 obras y otras 192 estaban en proceso de restauración al finalizar el año.

Mucho trabajo, al tiempo que sólo «una gotita de agua» para detener el deterioro del patrimonio; «un problema», advierte José María Cabrera, «que si no se soluciona con la restauración, se soluciona solo: con el tiempo, que lo destruye».

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_