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Atentado contra el subjefe de la brigada antiterrorista italiana

Juan Arias

El subcomisario de la brigada antiterrorista (Digos) de Roma, Nicola Simone, fue víctima ayer por la tarde de un atentado. Con la excusa de entregarle un telegrama, uno de los terroristas subió hasta la puerta del piso del subcomisario, fingiéndose un cartero.Cuando abrió la puerta, el terrorista le disparó en plena cara. El atentado hubiera sido mortal si el policía, temiendo sin duda un ataque, no hubiera tenido la precaución de recibir al cartero con la pistola en la mano, consiguiendo herirle en un brazo, lo que impidió al terrorista seguir disparando.

El subcomisario fue asistido por un médico antes de ser trasladado al hospital. Estaba aún consciente e intentaba hablar. Según los primeros análisis médicos y el parecer de los cirujanos que se disponían a operarle a la hora de enviar esta crónica, el estado de Simone no era grave. El atentado no había sido aún reivindicado. Se pensaba, sin embargo, que podría tratarse de una venganza de las Brigadas Rojas por la detención que la policía había hecho el pasado lunes, en Roma de dos miembros de la organización cuando se preparaban para llevar a cabo un secuestro en la plaza de España.Pero tampoco se excluía que pudiera tratarse del grupo Núcleos Armados Revolucionarios (NAR), la organización de extrema derecha que se ha quedado desplazada y en la sombra en las últimas semanas ante la agresividad de las Brigadas Rojas.

La policía publicó ayer los nombres de los dos brigadistas detenidos el lunes a dos pasos de la plaza de España, en Roma, con un coche cargado de armas y de todo lo necesario para un secuestro. Se trata de Stefano Petrella, de veintiséis años, estudiante de psicología, y de Ennio di Roceo, de veinticinco años, fontanero. El primero figura en la lista de los veintiún "superbuscados" por las fuerzas del orden, acusados de haber participado en el secuestro de Aldo Moro. El segundo no tenía ningún tipo de antecedentes, lo que demuestra que las Brigadas Rojas siguen te niendo nuevos adeptos en sus filas.

Los dos detenidos formaban parte de un comando que preparaba un golpe importante en el centro de la capital. Los demás lograron escapar. Algunos turistas han podido recordar que algunos jóvenes huían corriendo en aquel instante por la plaza de España, "mientras se despegaban grandes bigotes postizos".

Una de las hipótesis es que deseaban secuestrar al administrador delegado de Fiat, Cesare Romiti, pero no se ha podido confirmar. Por su parte, el comando que liberó a las cuatro terroristas de la cárcel de Rovigo ha reivindicado el atentado con un comunicado de cinco fólios enviado a diversos periódicos. Se firma Núcleos Comunistas Combatientes, y defirien su gesto como "una operación político militar destinada a la destrucción y desarticulación del aparato contraguerrilla".

Son un grupo de terroristas que discrepan con los secuestradores del general americano Dozier, a quienes califican de "burócratas y sectarios".

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Por lo que se refiere al secuestro del general de la OTAN, ayer se barajaba incluso la hipótesis de que pudiera estar prisionero de los servicios secretos de algún país extranjero.

La hipótesis se funda en la imposibilidad de obtener la más pequeña pista sobre el secuestro y en la lectura de los comunicados, que son muy anómalos y no se parecen a los enviados en otros casos por las verdaderas Brigadas Rojas.

Mientras tanto sigue la polémica entre las fuerzas políticas sobre la poca vigilancia que existía en la cárcel de Rovigo, donde fueron liberadas las cuatro terroristas.

Los socialistas insisten en que la reforma a fondo de las cárceles de este país es hoy improrrogable.

El general Dozier, interrogado

Las Brigadas Rojas, que secuestraron al general norteamericano James Lee Dozier el pasado 17 de diciembre, hicieron público ayer un comunicado en el que dan los primeros detalles de su interrogatorio durante eljuicio proletario a que ha sido sometido el jefe adjunto de las fuerzas terrestres de la OTAN en el sur de Europa.Previamente, sendas llamadas telefónicas anónimas a cuatro periódicos italianos anunciaron que el militar secuestrado había sido ejecutado y que su cadaver se encontraba en los Abruzzos, una región del centro de Italia, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Pescara.

La policía movilizó importantes efectivos para rastrear la zona indicada, sin resultados.

En el comunicado difundido ayer se incluye una transcripción del interrogatorio a que ha sido sometido el militar norteamericano. Preguntado si sabe qué son las Brigadas Rojas, el general norteamericano responde: "Sí, se trata de un grupo guerrillero, pero antes de mi secuestro pensaba que se trataba de un problema exclusivamente italiano".

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