Rivalidad Madrid-Barça
En efecto, Vázquez Montalbán, "es preferible inyectarse irracionalismo futbolístico que otro tipo de irracionalismo más cruento...". Sin embargo, Vázquez, a mí no me parece que tú te hayas inyectado, con tu artículo "¡Barça, Barça, Barça!" en EL PAIS del 20 de diciembre de 1981, ni una miaja de irracionalismo. Yo creo más bien que lo que tú has hecho con ese artículo aludido es confeccionar una plasta seudosociopolíticofutbolera, con ínfulas de abstracción lúdico-literaria, tipo Paco Umbral, y al final lo que te ha salido es una verdadera gilipoyería. Reconócelo.Dices que, siendo sectario en fútbol, no precisas serlo en "literatura, en amor o en política". ¡Jo, qué escape! Mira, muchacho: si eres sectario en fútbol, lo eres en todos los órdenes y facetas de la vida; todo lo que expreses, pues, consciente o inconscientemente, de palabra o en letra impresa, en una o en otra forma, en todo o en parte, será parcial y, desde luego, sectario.
El Real Madrid, hoy, y por el bien de "la unidad de los hombres y las tierras de España", aún podría contribuir muchísimo a esa unidad. ¿Cómo? Sencillamente: dejándose gariar por el Barcelona y por algún otro equipo más, o si su inmensa vergüenza le impedía protagonizar tan guarra y obtusa concesión.
Con esto, Vázquez, siempre tendréis que contar los sectarios de por ahí, por muy tensos que se encuentren Ios cables obligatorios que ligan centro y periferia". Histerias, enconos, traumas y síndromes futboleros son problemas vuestros y no de los madridistas, fanáticos aparte.
No es el Real Madrid el que se ha aferrado a esas sucias y densas volutas históricas, sino que más bien han sido los franquistas y fascistas, llegados, por cierto, de la periferia y resto de provincias a la "capital del Reino", y luego bien asentados y acomodados en el poder central los que han chupado lustre a costa del brillo blanco del Madrid y luego se han aupado al áureo carro de su gloria futbolera, gloria a escala planetaria. /
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