Los riesgos para la democracia no vienen de los militares, sino de algunos civiles, según Felipe González

El secretario General del PSOE, Felipe González, conversó durante dos horas con el Rey en el palacio de la Zarzuela. Al término de la entrevista, que sigue a las mantenidas por el Rey con Carrillo y Fraga, el líder socialista dijo que habían conversado de Latinoamérica, Polonia y España. De este último tema manifestó que, a su juicio, los riesgos para la democracia no residen en la institución militar, sino en los sectores civiles que tratan de intoxicarla.

Felipe González subrayó que en los últimos 150 años de historia de España los políticos no han sido capaces de arreglar por sí mismos sus asuntos, y hay siempre una tentación en algunos sectores de la sociedad civil, que todavía siguen siendo importantes, no desde un punto de vista numérico, sino en cuanto a los poderes que pueden ejercer para tratar de intoxicar y aproximarse a la institución militar para producir una alteración en el orden político.«Mientras no se le dé a eso el valor que tiene», añadió, «siempre se seguirá cometiendo el error de enjuiciar la institución militar, cuando lo que se debe hacer es enjuiciar en serio a los sectores civiles de la sociedad que no son capaces por ellos mismos de expresar cuáles son sus aspiraciones y confrontarse electoralmente con los demás, y acuden, en cambio, a la intoxicación de un sector de las Fuerzas Armadas».

Para el líder socialista, estamos viviendo una situación paradójicamente difícil, porque nunca en la historia de España ha habido mejor oportunidad paria fortalecer un sistema democrático en un clima de mayor comprensión, desde el punto de vista social, y en un clima de mayor respeto a las ideas de los demás, lo cual no excluye que el extremismo de uno u otro sector sigan existiendo, como ocurre en la casi totalidad de los países.

«Por primera vez en la historia de España», prosiguió, «se puede decir que no hay confrontación entre media España y la otra media, sino que el 90% de los españoles sabe perfectamente tener una serie de valores, como los de la paz y la convivencia en libertad, con los que se puede asentar con relativa facilidad un régimen de libertades democráticas».

Sobre este tema, dijo por último el líder socialista, que, para evitar las amenazas que todavía se ciernen sobre la construcción de la democracia, hace falta una voluntad firme desde el Gobierno, que encontraría clarísima aceptación en la sociedad, y puntualizó que eso todavía no se ha conseguido, aunque hay que esforzarse en conseguirlo.

La importancia de Latinoamérica para España

En cuanto a Latinoamérica, Felipe González dijo que transmitió al Rey los mensajes de saludo y simpatía que le expresaron para don Juan Carlos los presidentes de los países que acaba de visitar, y subrayó que ambos coinciden en la gran importancia que este tema tiene para el futuro de España. «Ojalá», añadió, «que todo el mundo tuviera esa coincidencia».Abundando en este tema, el secretario general del PSOE criticó que el ministro de Asuntos Exteriores no haya realizado ninguna visita específica a Latinoamérica, y mostró su esperanza de que empiece a dársele importancia a algo que es realmente grave, como es que toda la América hispana siente la ausencia de la España gubernamental.

El líder socialista habló también con el Rey de aumento de la tensión internacional y de la posibilidad de que los acontecimientos de Polonia puedan convertir a este país en fuente de tensiones acrecentadas entre las dos grandes potencias, y a Centroamérica, en una carta a intercambiar a cambio del desarrollo de los acontecimientos polacos.

Lo que ocurre en Polonia, según Felipe González, «es una verdadera catástrofe. Creo que es el reconocimiento del fracaso de una experiencia histórica. Cuando las fuerzas armadas de un país tienen que alzarse contra la voluntad de su pueblo, supuestamente para defender el proyecto histórico de ese pueblo, se incurre en contradicción y se destruye la verdad de ese proyecto histórico».

Pero, a su juicio, todavía pueden ocurrir dos casos más graves: el desencadenamiento de una guerra civil, cuyos primeros síntomas se están dando, y que, tras el comienzo de esa guerra, se produzca «una intervención extranjera desde los países del Pacto de Varsovia, que es tanto como decir desde la Unión Soviética».