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Antonio Rosón, elegido presidente del Parlamento gallego

La ausencia de miembros del Gobierno, del presidente de las Cortes y altas jerarquías de la Iglesia, junto con una escasa representación militar, restaron buena parte de su pretendido carácter solemne al acto de constitución del Parlamento gallego, celebrado ayer en el palacio de Gelmírez, en Santiago de Compostela. Sólo algunas decenas de personas congregadas en la plaza del Obradoiro consiguieron dar, por otra parte, una mínima dimensión de interés ciudadano a una sesión de marcado carácter oficialista, en la que fue elegido para la presidencia del primer Parlamento gallego el senador centrista y ex presidente de la Junta, Antonio Rosón.

El acuerdo suscrito previamente por Alianza Popular y Unión de Centro Democrático hizo que apoyasen al candidato centrista los votos de los cincuenta diputados que suman ambos partidos, sobre un total de 71 componentes de la Cámara. El pacto determinó también la elección del candidato de AP a la vicepresidencia primera de la Cámara, Pablo Moure Mariño, y la del aspirante de UCD a la secretaría, Pablo González Mariñas. El presidente del PSOE en Galicia, Francisco González Amadiós, obtuvo, con los vostos de su grupo y el del único representante comunista, la vicepresidencia segunda. Los cuatro representantes nacionalistas se abstuvieron en todas las votaciones.Evocaciones históricas y una común apelación a la ayuda divina -que fue jocosamente comentada por Alfonso Guerra, invitado a la sesión- configuraron la línea argumentada de los discursos pronunciados por el presidente de la Junta, José Quiroga, y el de la Cámara, Antonio Rosón, ante una representación oficial en la que eran notorias las ausencias del arzobispo de Santiago y los capitanes generales de la Zona Marítima del Cantábrico y la VIII Región Militar, representado este último por el gobernador civil de La Coruña. El delegado del Gobierno en Galicia, Domingo Garcia Sabell, asumió la representación. de la Administración central, acompañado en la primera fila de autoridades por el presidente del Parlamento de Cataluña, Heribert Barrera. El líderde Alianza Popular, Manuel Fraga, ocupó un asiento entre los parlamentanos gallegos en Cortes.

Quiroga, que apoyó el que presumiblemente haya sido su último discurso como presidente de la Junta de Galicia, en citas de Celso Emilio Ferreiro y otros escritores nacionalistas, habló de las posibilidades que el Parlamento abre, en su opinión. «Es grande el desafío y larga la obra», concluyó el presidente de la Junta; «por eso, pensando en Galicia y en España, que Dios nos ayude».

La invocación de la ayuda divina fue parte también del discurso con el que el presidente del Parlamento, Antonio Rosón, dio por terminada la sesión de apertura. «Pido a Dios», dijo, «que no me falle en el aliento».

Rosón se refirió con palabras muy críticas a la estructuración administrativa del territorio gallego en provincias, para expresar después su confianza en que el Parlamento autónomo «devuelva a Galicia su unidad interna, superando las fracturas impuestas hace siglo y medio por una división artificial y centralista». A diferencia de Quiroga, que únicamente fue aplaudido por los parlamentarios centristas, Rosón recibió los aplausos de la mayor parte de la Cámara.

La sesión fue levantada sin que se fijase previamente la fecha de la próxima reunión, en la que deberá ser elegido el presidente de la Junta. Todos los grupos parlamentarios están de acuerdo, sin embargo, en que se célebre el día 28.

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