El "manifiesto de los cien"
Como suboficial del Ejército, y en relación con el manifiesto hecho público por oficiales y suboficiales de esta región, el día 6 del actual, quisiera llevar al ánimo de los últimos algunas consideraciones que podrían serles de provecho y a título personal. No me anima otro propósito que el ser compañero suyo y amigo de alguno de ellos.Es evidente que en el trasfondo de la cuestión, dada la fecha en que se hizo público el manifiesto y otras circunstancias de hechos recientes, existe en el ánimo de los firmantes un rechazo a la libertad de Prensa -no quiero pensar que a otras libertades- y a la propia Constitución, aunque la citen al comienzo del manifiesto. De otro modo hubieran buscado otra fecha, aunque sólo fuese por respeto a quienes se disponían a celebrar su tercer aniversario.
Quisiera recordar a mis queridos compañeros que si alguien tiene en el Ejército nostalgia de tíempos pasados, no deben ser precisamente los suboficiales. Deben recordar que, pese al largo período de tiempo que hemos vivido en otras circunstancias, los suboficiales sólo hemos tenido claro que debíamos obedecer sin réplica y desarrollar en nuestra institución, con arreglo a nuestros bajos empleos, las labores de mayor fatiga y sacrificio, lo que asumimos sin otra recompensa que la íntima satisfacción del deber cumplido; pues nunca nos alcanzaban honores y prebendas, que no poco se prodigaban. Por el contrario, nunca hemos tenido claro cuáles eran nuestros derechos, ni hemos recibido siempre la consideración debida a nuestra dedicación y entrega en largos años de servicio, ni se ha pedido siempre nuestro parecer incluso en asuntos que nos afectaban directamente, que no hemos tenido claro ni siquiera la cuestión de uniformidad. Y, por supuesto, no se podían hacer manifiestos a la Prensa.
Deben recordar mis queridos compañeros, con el debido respeto para todas las personas, y más aún si ya no existen, que en las audiencias militares que los martes celebraba el anterior jefe del Estado, nunca aparecía un suboficial. En los actos análogos que celebra su majestad el Rey sí aparecen suboficiales.
Deben recordar mis queridos compañeros que hasta no hace mucho tiempo no hemos tenido los suboficiales un sueldo medianamente digno, pese a tanto progreso, que según algunos teníamos antes. Y vaya como ejemplo que una transformación de sueldos habida en los mejores años sesenta, y a la que se le dio publicidad como una importante subida, quedó por debajo de lo que cobraban antes; es evidente que la subida no era para los suboficiales. Tenemos entendido que alguno se negó a cobrar (no sabemos lo que sería de ellos); desde luego, no había posibilidad de hacer manifiestos a la Prensa.
Y, por ultimo, deben recordar mis queridos compañeros que si hay que censurar el tratamiento que cierta Prensa da a los temas militares, había que censurar también a otra cierta Prensa que con bastante frecuencia entra en los cuarteles y, no sé con qué oculta intención, nos adula, al tiempo que nos exalta los ánimos, porque sabe nuestras fibras sensibles, buscando quizá una clientela que no son capaces de encontrar en el juego político civilizado; y no sólo se critica descaradamente a militares honorables y gloriosos, sino que trata de enfrentarnos con todo lo que hoy es legal por la decisión del pueblo y de nuestro Rey. ¡Ah! Se me olvidaba: que los militares no deben entrar en política; me lo enseñaron en el anterior régimen.
Queridos compañeros: desde la ignorancia de lo que cada uno pensáis, pero con la experiencia de más de veinte años de servicio y amigo personal de alguno de vosotros, como dije, perdonadme una pequeña imprudencia: ¿no os habrán "comido el coco"?. /
. Brigada de Infantería.
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