Seguridad aceptable en Lemóniz, según el Parlamento vasco

A pesar de la falta de una auditoría sobre la calidad civil de las obras y de la ausencia de un plan general de emergencia en caso de accidente, el Parlamento vasco concluyó ayer por mayoría absoluta, en su tercera sesión plenaria celebrada en Vitoria, que el sistema seguido en el control de calidad de las obras es aceptable y que el complejo nuclear de Lemóniz ha incorporado salvaguardias técnicas que potencialmente reducirían las consecuencias de un hipotético accidente.La ausencia de un plan general de emergencia que fue duramente criticada por Euskadiko Ezkerra, Partido Socialista de Euskadi y PCE, fue reconocida por el Gobierno vasco, que respondió que la elaboración del mencionado plan había que realizarla en función de la normativa que, en su momento, rija en el Estado, teniendo como punto de referencia Estados Unidos y Europa.

En este sentido, el portavoz del Gobierno y consejero del Interior, Luis María Retolaza, señaló: "el plan de emergencia es difícil de hacer, pero perfectamente posible, porque existen otras centrales con problemas demográficos y meteorológicos similares a Lemóniz que cuentan con sus planes de emergencia". El inicio del trabajo de ese plan depende, según explicó el consejero de Industria y Energía, Javier García Egotxeaga, de la concreción de acuerdos entre los representantes del Gobierno vasco y el Ministerio del Interior.

Aunque la auditoría encargada por el Gobierno vasco y la Junta de Energía Nuclear a la empresa belga Vincotte aún no ha comenzado, PNV, PCE, UCD y AP consideraban que el sistema seguido en el control de calidad de la construcción de la central nuclear de Lemóniz, es aceptable. Por su parte, Euskadiko Ezkerra se mostró especialmente crítico a este juicio.

La empresa belga Vincotte no ha podido iniciar sus trabajos sobre la auditoría, dado que la central nuclear de Lemóniz se encuentra prácticamente paralizada desde el pasado mes de febrero al no acudir a sus puestos de trabajo la mayoría de los técnicos, a raíz del asesinato del ingeniero José María Ryan, por ETA Militar.