"El futuro de la humanidad pasa por la familia", declara Juan Pablo II

El porvenir de la humanidad pasa por la familia, afirma con fuerza Juan Pablo II en una exhortación apostólica publicada ayer, y que resume los trabajos del sínodo de obispos reunido en Roma desde el 26 de septiembre al 25 de octubre de 1980, sobre la problemática de la familia. El texto, de 173 páginas, se titula Familiaris consortio, y reafirma la postura tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia, sin que el contenido doctrinal del documento aporte novedad doctrinal alguna. Su publicación fue aplazada a raíz del atentado del 13 de mayo.

La exhortación comprende cuatro partes: «Luces y sombras de la familia en la actualidad»; «El designio de Dios sobre el matrimonio y la familia»; «Los deberes de la familia cristiana», y «La pastoral familiar". Resultado de un acto colegial, la exhortación se sitúa en la línea de la evangelización señalada por el sínodo de obispos, porque la familia cristiana es la primera comunidad llamada a anunciar el evangelio.La primera parte describe la situación de la familia en el mundo actual, carecterizada por valores y contravalores, de aspectos positivos y negativos. El Papa menciona «índices de una degradación preocupante de ciertos valores fundamentales, fundamentalmente ambigüedades a propósito de las relaciones de autoridad entre padres e hijos, dificultades concretas para transmitir los valores ( ... ), el número creciente de divorcios, la plaga del aborto, el recurso cada vez más frecuente a la esterilización y la instauración de una mentalidad verdadera y propiamente anticonceptiva».

En la segunda parte, el Papa trata fundamentalmente del matrimonio, que él describe como entrega reciproca total del hombre y de la mujer, única y exclusiva, indisoluble, abierta al servicio de la vida y símbolo de la alianza entre Dios y los hombres. «El matrimonio y la virginidad son las dos maneras de expresar y de vivir el único misterio de la alianza de Dios con su puebla», añade el papa.

Mención a la mujer

El documento reserva, en su tercera parte, una «atención privilegiada a la mujer, a sus derechos y a su papel en la familia y en la sociedad. No hay duda que la igualdad, dignidad y responsabilidad entre el hombre y la mujer justifican plenamente el acceso de la mujer a las funciones públicas», dice el Papa. «De todos modos», añade, «la verdadera promoción de la mujer exige que sea plenamente reconocido el valor de su papel maternal y familiar frente a todas las otras funciones públicas y a todas las otras profesiones ( ... ). El fenómeno llamado machismo traduce una superioridad abusiva de prerrogativas masculinas que humillan a la mujer e impiden el desarrollo de sanas relaciones familiares».Finalmente, en la última parte dedicada a la pastoral familiar, Juan Pablo II trata, en particular, de las situaciones difíciles en la familia, tales la separación entre las familias de emigrantes, matrimonios mixtos, matrimonios experimentales, uniones libres de hecho, católicos unidos exclusivamente por el matrimonio civil, personas separadas, divorciados que no se han vuelto a casar o que se han casado de nuevo y personas que no tienen familia. El Papa afirma que la Iglesia debe desarrollar una pastoral fiel al Evagelio, y, par tanto, no puede admitir en la eucaristía a los católicos no casados religiosamente ni a los divorciados que se han casado de nuevo.