Condena internacional sin excepciones de la anexión del Golán por Israel

El Parlamento sirio permanecía anoche reunido en sesión de urgencia para estudiar la decisión israelí de anexionarse el Golán. El Gobierno de Damasco ha hecho público un comunicado en el que considera la acción judía una "declaración de guerra", y su ministro de Defensa ha anunciado que la respuesta a la agresión se hará "con el filo de la espada". Europa, Estados Unidos, la URSS y los países árabes han condenado abiertamente, aunque con diferentes matices, la medida de fuerza. España se ha unido a este rechazo general.

Siria se ha dirigido a la Conferencia Islámica y a la Organización para la Unidad Africana (OUA) en petición de "medidas internacionales ante las posibles consecuencias que pueda tener la acción de Tel Aviv", según informa la agencia France Presse.Las reacciones internacionales ante la acción del Gobierno judío son de condena sin paliativos. El secretario norteamericano de Defensa, Caspar Weinberger, sugirió ayer en una entrevista televisada que Washington puede adoptar sanciones contra Tel Aviv. Weinberger calificó la decisión de Beguin de "clara violación de las decisiones de las Naciones Unidas y de los acuerdos de Camp David". Para el secretario de Estado Alexander Haig, la anexión es una medida "muy sorprendente".

Un alto funcionario del Departamento de Estado, especializado en asuntos de Oriente Próximo, declaró ayer a France Presse que "estamos furiosos por la forma insolente en que hemos sido tratados por Beguin", Weinberger había añadido textualmente a la cadena ABC de televisión que la anexión del Golán era "provocadora, desestabilizadora y hostil para la paz mundial".

Moscú rompió ayer su silencio al calificar de "agravación brutal de la situación en Oriente Próximo" la medida. La agencia Tass distribuyó un despacho en el que tacha de "acto criminal" la anexión del Golán. Para Tass se trata de "la puesta en práctica del acuerdo entre Estados Unidos e Israel, firmado el mes pasado, sobre la pretendida cooperación estratégica".

Los países del mundo árabe están empleando su más gruesa artillería verbal para enjuiciar la decisión de Beguín, reespaldada por la Kneseth. (Parlamento). El régimen egipcio, sin embargo, ha facilitado declaraciones contradictorias. El presidente Hosni Mubarak fue ambiguo por la mañana al sugerir que El Cairo no iría a una guerra por causa de Siria y considerar que el proceso negociador entre Egipto e Israel no se vería afectado. Pero anoche la agencia oficial de noticias citaba a Mubarak afirmando que "el proceso de paz, que atraviesa una fase crítica, se verá afectado por la decisión de Israel lo mismo que la solución final al problema de Oriente Próximo".

Arabia Saudí se apresuró ayer a declarar su apoyo a Siria, y lo mismo hicieron los restantes países del golfo Pérsico. El presidente de Argelia ofreció el potencial de su país a Hafez el Assad, y calificó la decisión sobre el Golán de "acto de bandidaje internacional". El primer ministro de Irán declaraba en el Parlamento que "la solución al tema de Israel es su completa destrucción". Para Hossein Mussavi, la lucha contra Israel "debería aunar a todas las naciones islámicas del mundo y hacerse simultánea con la lucha contra EE UU, a fin de que este fenómeno ilegítimo (por Israel) sea eliminado de las páginas de los atlas".