Detenido el supuesto asaltante del Banco Central de Barcelona que se encontraba huido

La policía detuvo el pasado domingo por la mañana en Barcelona a Rafael Edo Bartolí, Bariolo, miembro de la banda armada que asaltó el pasado 23 de mayo la oficina principal del Banco Central en la Ciudad Condal, manteniendo como rehenes a empleados y clientes durante casi 36 horas y solicitando la liberación de varios militares golpistas, según supo EL PAIS de fuentes próximas a la Dirección de la Seguridad del EstadoEn el momento de su detención, Bartolo, conocido a raíz de aquel suceso por el sobrenombre de número once, estaba en posesión de documentación falsa y disponía de tres revólveres y una pistola. La detención se produjo con motivo de una redada contra supuestos atracadores.

Edo Bartolí se encontraba ayer en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona sometido a interrogatorios por parte de los funcionarios que llevan el caso. Desde algunos sectores de la policía se intentó en la jornada de ayer filtrar unas supuestas primeras declaraciones del detenido, de cuyo contenido discrepaban otros medios de la misma corporación. En este sentido, estos últimos recordaban las primeras declaraciones efectuadas por los compañeros del número once, a las pocas horas de ser detenidos, que resultaron, a juicio de la propia policía, completamente falsas.

Precisamente un alto responsable de la lucha contra el terrorismo manifestó ayer en Madrid a dos responsables de un grupo periodístico de la capital de España que la entrevista efectuada a Bartolo por Xavier Vinader, condenado actualmente a siete años de prisión por la publicación de un reportaje, era un montaje periodístico. Esa entrevista se publicó a principios del pasado julio en EL PAIS y en la revista Interviu, sin que hasta la fecha ni el Ministerio del Interior, ni la Dirección General de la Policía, ni la Comisaría General de Información hayan hecho oficialmente ningún comunicado. Días después de publicarse la entrevista, un alto cargo del Ministerio del Interior declaró a EL PAIS que lo esencial de las declaraciones del supuesto número once coincidía con los datos que tenía la policía y que no se habían hecho públicos.