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Batalla campal entre policías y estudiantes en la Universidad de La Laguna

Una manifestación convocada por la coalición nacionalista Unión del Pueblo Canario (UPC) y el partido Liga Comunista Revolucionaria (LCR), en contra de la entrada de España en la OTAN, el golpismo, el paro y a favor de la libertad del dirigente sindical nacionalista Valeriano Oliva -actualmente en prisión y en huelga de hambre-, derivó en una batalla campal entre la Policía Nacional y los manifestantes, en las inmediaciones de la Universidad de La Laguna.Según los convocantes, la autorización para la misma había sido solicitada en el Gobierno Civil de la provincia con catorce días de antelación; sin embargo, no llegó a ser autorizada oficialmente. El teniente de alcalde del Ayuntamiento de La Laguna, Carlos Muñoz, dirigente de UPC, presentó ayer en el juzgado de guardia de la citada ciudad universitaria una denuncia contra el gobernador civil por supuesta conculcación del derecho constitucional de libertad a manifestarse. No se descarta la posibilidad de que su titular, Jesús Javier Rebollo, aplique duras sanciones a los promotores de la manifestación.

A pesar de la aparatosidad de lo ocurrido -barricadas de coches y de basura ardiendo, cabinas telefónicas y farolas destruidas, así como otros daños materiales- no se produjo ninguna detención y sólo algunas lesiones físicas, debido a los botes de humo y bolas de goma que utilizó la policía antidisturbios para dispersar a los manifestantes, especialmente jóvenes con un promedio de edad de dieciocho años, entre los que figuraban, según fuentes policiales, escasos estudiantes. Durante los choques con la policía se profirieron gritos como «¡Libertad, sí; fascismo, nunca más! » y «OTAN fuera; no al golpismo». Los comercios de la zona donde se produjeron estos incidentes habían cerrado temprano por la tarde, en previsión de lo que podía ocurrir.

Los disturbios en las cercanías de la Universidad de La Laguna coincidieron con una representación teatral del director catalán Albert Vidal en el paraninfo de dicho centro, que se suspendió por la irrupción de estudiantes que huían de las cargas policiales. La policía persiguió a los agitadores hasta el edificio universitario y llegó a introducirse en la terraza de la facultad de Farmacia, para dirigir desde allí las operaciones de disolución de la manifestación.

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