Felipe de Edimburgo estuvo a punto de provocar una catástrofe aérea

El duque Felipe de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II de Inglaterra, pilotaba el avión Andover que el viernes estuvo a punto de colisionar en el aire con un jumbo de British Airways con doscientas personas a bordo, según confirmó a última hora del lunes un portavoz del palacio de Buckingham, la residencia oficial de la soberana británica.El Boeing 747 de British Airways terminaba de despegar del aeropuerto de Heathrow, al oeste de Londres, con destino a Miami. Cuando se hallaba a unos mil metros de altura y a una velocidad de unos 500 kilómetros por hora, el piloto del avión, el capitán Edwin Hatfield, tuvo que desviar bruscamente su rumbo al ver un objeto no identificado en su campo de visión a la altura de Midhurst, al sur de Londres.

Hatfield informó inmediatamente a la torre de control, y se le ordenó que cambiara su ruta. El objeto no identificado, según se comprobó posteriormente, era un avión Andover de la familia real británica. Peter Hall, un testigo ocular que se hallaba a la sazón en el jardín de su casa de Sussex, manifestó que el desastre pudo evitarse sólo por unos segundos, pasando los dos aviones a menos de dos kilómetros de distancia el uno del otro, una longitud pequeña, dada la alta velocidad que llevaban los dos aparatos.

Una investigación abierta por la Junta para la Aviación Civil estudiará el incidente y el príncipe Felipe tendrá que presentar un informe detallado. El duque de Edimburgo, de sesenta años de edad, tiene una excelente reputación como piloto y a menudo toma los mandos de los Andover de la familia real británica. En este caso volvía de la Universidad de Salford, en Kent, y contaba con la presencia de dos copilotos. El aparato se dirigía al aeropuerto de Gatwick.

El príncipe Felipe pensaba, sin duda, que disponía de un pasillo púrpura, lo que significa que ningún avión puede despegar o aterrizar veinte minutos antes o después de un avión de la familia real. Normalmente se avisa con antelación de ello, pero Hatfield señaló, sin embargo, que no sabía que en ese momento hubiera un pasillo púrpura.

Según informaciones sin confirmar, recogidas por la agencia Efe, el avión del príncipe volaba, en el momento del incidente, a unos trescientos metros por debajo de la altitud requerida