La carrera de Canillejas estableció un "récord" de popularidad
El movimiento popular volvió a cobrar fuerza en la carrera del domingo en Canillejas. Fueron 4.600 deportistas los que recorrieron los doce kilómetros, con sólo trescientos abandonos, según cifras oficiosas. Pero el éxito de la carrera estuvo en la entrega de premios: se repartieron más de trescientos, entre trofeos y prendas deportivas. Hasta el 62 clasificado en la general hubo premios, y luego, por categorías, niñas de diez años que entraron 3.000 puestos más tarde también tuvieron su recompensa. Pero la masiva participación desbordó a la organización.
La cifra de participación alcanzada el domingo en Canillejas hacía años que no se conseguía en una carrera popular. El resurgir de este movimiento se logró con una gran promoción y con la colaboración de las firmas comerciales del barrio, que todas donaron un trofeo para llamar la atención de los corredores. Estos, sin necesidad de ser figuras, encontraron en esta carrera la única posibilidad de lograr premios, pues en las otras son acaparados por la elite, y de ahí el elevado número de inscripciones.Esta carrera, la más popular de todas, tuvo un vencedor apropiado, Pedro Matamoros, que ya hace dos semanas ganó en Moratalaz y es un corredor surgido de las pruebas populares. Empleó en el recorrido un tiempo de 35.30 -esta carrera, por sus últimos kilómetros en descenso, resulta rapidísima- y se impuso a nombres importantes. Los mejores corredores tuvieron problemas en la salida por la gran cantidad de niños que querían salir en primera línea. Esto provocó numerosas caídas. Mientras los organizadores de carreras no apliquen mejores sistemas de salida y los corredores no se mentalicen del lugar que cada uno debe ocupar, seguirá latente la posibilidad de graves accidentes en la salida.
Los buenos detalles de la carrera contrastaron con otros errores subsanables, como el trayecto en la primera parte (una calle estrecha), el escaso servicio en los puestos de bebida, las retenciones en la llegada y la larga ceremonia de entrega de trofeos.
Tras Matamoros se clasificaron en las primeras posiciones Barón, Hernanz, Agustín Fernández, González Amo, Pulido, Luciano Fernández, Martínez, García Caro, García Moreno, Manguán, Alguacil, Díaz, García Alvarez, Gallardo, Sergio Fernández, José Fernández, Jesús Lorenzo, Muñoz, Puertas, Sánchez, Izquierdo, Postigo, Manuel Fernández, Javier Fernández, Rafael Fernández, Juan Fernández, Hidalgo, David Lorenzo y Lorente. La primera mujer clasificada fue Iciar Martínez, después de que descalificaran a Pilar Alberquilla, que sólo hizo los dos últimos kilómetros de la carrera. Francisco Aritmendi, hijo del que fuera ganador del Cross de las Naciones, entró en el puesto 80. Un niño de cuatro años y un veterano de ochenta fueron los participantes más joven y mayor de la carrera. Los trofeos, que destacaron por su tamaño, y premios, en su mayoría chándals, fueron repartidos en veintinueve categorías, con un valor total de millón y medio de pesetas. Todos los participantes que llegaron a la meta recibieron una medalla.
Rono, derrotado por Coghland
Se disputó el domingo en Nueva York un cross de la temporada invernal con el aliciente de reunir a primeras figuras mundiales, entre ellas el keniata Rono, que esta temporada volvió a primera línea al batir su récord mundial de 5.000 metros. El norteamericano Craig Virgin no participó al lesionarse en el calentamiento. Sí lo hizo el irlandés Eamon Coghland, que fue el vencedor al superar a Rono por una centésima en un recorrido de doce kilómetros. Los norteamericanos Dan Dillon y Jim Stinzi se clasificaron a continuación, con 45 segundos de diferencia.
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