El Gobierno vasco pretende que el Parlamento español se pronuncie sobre el referéndum de Lemóniz

El Partido Nacionalista Vasco propondrá al Parlamento español un pronunciamiento sobre la conveniencia o no de que se celebre una consulta popular entre la población de Euskadi sobre la puesta en marcha de la central nuclear de Lemóniz, según manifestó el presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea.La posibilidad de que se produzca esta iniciativa legislativa por parte del Gobierno autónomo ha sido interpretada por diversos medios como una muestra de disgusto de la Administración vasca sobre el rumbo que sigue el diálogo Madrid-Vitoria, a la vez que pretende involucrar a todos los partidos con representación parlamentaria en la solución que se arbitre para Lemóniz.

El Gobierno autónomo ha estudiado ya tres dictámenes sobre el procedimiento más idóneo para trasladar el tema a las Cortes, sin que hasta el momento se haya inclinado por ninguno de ellos. El momento elegido para presentar la propuesta será, con toda probabilidad, la primera semana de diciembre, en el Pleno monográfico que el Parlamento vasco celebrará sobre la central de Lemóniz.

Dado que la decisión final sobre el futuro de la central nuclear está sometido a negociaciones con el Gobierno central, en medios políticos vascos se considera que la solicitud de la iniciativa legislativa podía ser el último recurso que el Gobierno vasco tenía reservado para el caso de que el resultado de las negociaciones fuera considerado poco satisfactorio.

El presidente de Iberduero (entidad propietaria de Lemóniz), Manuel Gómez de Pablos, rehusó hacer ningún tipo de declaración en tomo a la posibilidad de que el Gobierno vasco remita al de Madrid esta propuesta, señalando que la política es para los políticos y que él se considera únicamente un profesional dentro de la administración de la compañía eléctrica.

Sin embargo, Gómez de Pablos sí manifestó que la compañía que él preside no realizará ninguna ampliación de capital en los próximos meses, rompiendo con lo que había venido a constituirse casi en una costumbre de las compañías eléctricas, la de realizar un desdoble de capital en los últimos días de cada año.

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