La autonomía de Segovia
Quizá como andaluz que soy alguien pueda argumentar al leer mi carta que quién soy yo para opinar sobre un tema que atañe sólo a los segovianos; pero antes que andaluz, soy español, y como tal hago uso de la libertad para opinar y de expresión que otorga la Constitución.Me refiero al traído y llevado tema de la en ciernes autonomía para la provincia de Segovia. El día 11 de este mes de noviembre oí por Radio Nacional, en un programa que se emite sobre las 13.30 horas dedicado a temas de Castilla-La Mancha y Castilla-León, los argumentos esgrimidos por un tal Modesto Fraile en favor de la autonomía uniprovincial para Segovia.
Pocas veces he oído tantos disparates en boca de una persona adulta que, parece ser, representa a un núcleo de sus paisanos. Argumentos tan peregrinos y de peso como "porque estamos donde estamos y no estamos en otro sitio" (literal) blandía el autonomista Fraile en favor de su quimera.
Yo le preguntaría a este señor de Segovia, segoviano él, y a sus seguidores, cuáles son las notas diferenciales de tipo histórico, cultural, económico y artístico (salvando el acueducto romano, que no segoviano, señor Modesto) que separan a la muy castellana provincia del resto de las de Castilla la Vieja, y que tal peso deben de tener como para empezar a vivir por su cuenta de espaldas a sus hermanas.
De verdad, autonomistas segovianos, bajen a la tierra, al terruño de donde salieron, o mejor, levanten la nariz del suelo, y sólo así se podrán enterar de los chistes que circulan sobre su descabellada pretensión, no por inconstitucional (y esto es más que discutible), sino porque pretensiones como ésas son las que hacen un flaco servicio a la credibilidad y seriedad que debe tener nuestro sistema democrático, no precisamente sobrado de solidez; porque tal vez ustedes estén actuando dentro del orden constitucional, pero, sin duda, fuera de la realidad del país.
Por ello, para bien de su prestigio, segovianos autonomistas, me tomo la libertad (que puedo, ¿eh?) de aconsejarles que sigan dando a conocer Segovia como hasta ahora, en sus múltiples cualidades castellanas; y usted, señor Modesto Fraile, deje de soñar con ínsulas baratarias./
