El plan de paz saudí para Oriente Próximo divide a los árabes

A menos de una semana del inicio de la XII cumbre árabe de Fez, el plan Fahd, que toma el nombre de su promotor, el príncipe heredero saudí, Fahd Ibri Abdelazis, divide anticipadamente a árabes conservadores y radicales.

El jefe del Estado libio, Muamar el Gadafi, envió el martes pasado un mensaje al rey Jaled de Arabia Saudí en el cual da a entender que podría boicotear la cumbre de Fez si ésta no se concentra esencialmente en "la amenaza que representa el peligro de expansión sionista para la seguridad y existencia misma de la nación árabe.

Después de invitar al rey Jaled a hacer gala de una mayor comprensión de los problemas medioorientales, Gadafi le dice, según la versión de Radio Trípoli del mensaje citado, que "después de haber barrido el sur de Líbano, Israel pretende hacer lo mismo con el este de Jordania, para crear tierras de nadie entre sus fronteras y Arabia Saudí, Jordania e Irak".

Gadafi, que hablaba en el mensaje aludido a la intención que se le atribuye a Israel de querer construir un Estado desde el Nilo al Eufrates, no pudo convencer, sin embargo, de sus convicciones a los asociados del Frente de la Firmeza, que se separaron, el jueves en Aden (Yemen del Sur) sin haber logrado una plataforma común de rechazo del plan Fahd.

De los miembros del Frente de la Firmeza, Argelia ha adoptado una actitud mucho más moderada que Gadafi respecto a la propuesta saudí. Siria y la OLP, que tienen en Ryad su principal financiero, difícilmente podrán oponerse de plano a la iniciativa saudí.

El único comentario crítico palestino oficial procedía ayer de Faruk Kaddumi, ministro de Asuntos Exteriores, quien dijo que la iniciativa de Fahd no le parecía venir en el momento oportuno.

Siria, por su parte, parece que ha llevado a cabo gestiones discretas acerca de Arabia Saudí para que sea Ryad misma la que retire el proyecto o no lo presente a la próxima cumbre árabe.