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El fisco italiano investiga una posible evasión de divisas a través de las comunidades religiosas

Juan Arias

La posibilidad de que la congregación Misioneras de la Caridad, fundada por la madre Teresa de Calcuta, pueda ser acusada, junto con otros setenta institutos religiosos, de violar las leyes tributarias italianas, ha puesto de nuevo sobre el tapete el problema de la actividades financieras de la Santa Sede.

Todas las congregaciones religiosas que canalizan sus fondos a través de la banca vaticana están siendo investigadas actualmente por un juez italiano, a instancias del ministerio de Hacienda. Los investigadores afirman que no podían hacer una excepción con las misioneras de la Madre Teresa, premio Nobel de la Paz y que actualmente reside en Calcuta atendiendo leprosos.

Pero el problema es más complejo de lo que parece. Las leyes italianas son severísimas en lo que concierne a la exportación de divisas.

Una vez que llegan a un banco italiano, vengan de donde vengan, deben convertirse en liras inmediatamente.

El Vaticano dice que, en realidad, se trata de dinero que pasa "del extranjero al extranjero", porque la banca vaticana no está en territorio italiano. Responden algunos juristas, entre ellos el ex presidente del Tribunal Constitucional, que precisamente en una de sus últimas reuniones los cardenales han afirmado que el IOR (Instituto Obras de Religión), que funciona como una banca, no es un organismo eclesiástico, sino una agencia controlada por el Vaticano.

Y hay quien asegura que el problema es aún más de fondo. Parece ser que a través de la banca vaticana, e incluso a través de las cuentas de institutos religiosos, muchos, italianos exportaban capitales al extranjero.

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