Respaldo total a la huelga general de periódicos en Italia
Ayer no salió a la calle ningún periódico en todo el país y cerraron, como solidaridad con la huelga general de periodistas y trabajadores gráficos, todos los quioscos. La huelga fue proclamada por la Federación Nacional de la Prensa (el sindicato de los periodistas) contra la amenaza del potente grupo editorial Rizzoli de despedir a 1.370 trabajadores, entre periodistas y otros sectores de la información.El grupo Rizzoli ha controlado hasta ayer el 25% de toda la información del país, con toda una serie de diarios -entre ellos Corriere della Sera- semanarios, radio y televisión. Es un imperio que ha empezado a desmoronarse ante el vendaval del escándalo de la logia masónica Propaganda Dos (P-2), en la que resultaron implicados los más altos cargos de Rizzoli, desde su propietario, Angelo Rizzoli, hasta el director de Corriere della Sera, Antonio di Bella, que tuvo que dimitir.
En realidad, el primer diario del país iba a ser comprado por el. banquero Roberto Calvi, presidente del Banco Ambrosiano y de la financiera La Central, cuando explotó el escándalo de Licio Gelli, el maestro venerable de la P-2. También Calvi resultó implicado y acabó en la cárcel. Desde entonces, el gigante Rizzoli empezó a hacer agua por todas partes. Las mejores firmas de Corriere della Sera se marcharon del periódico, y Rizzoli acaba de intentar, con un golpe de mano, cerrar cuatro de sus publicaciones (tres diarios y una cadena de televisión), poniendo en la calle a toda una serie de trabajadores gráficos y periodistas.
Respuesta conjunta de periodistas y gráficos
La respuesta del sindicato de periodistas y de los trabajadores gráficos ha sido dura e inmediata. Un día de huelga nacional, una manifestación por las calles de Roma y las mayores ciudades de Italia, así corno un duro comunicado de los sindicatos en el que se afirma ,que la huelga no es para «defender el imperio de Rizzoli», sino más bien para protestar contra «el atropello de la nueva ley editorial que acaba de ser aprobada por el. Parlamento», y que prevé que antes de llegar al despido de los trabajadores de la información se usen todos los medios posibles para evitar una medida tan drástica.Los sindicatos han presentado también una denuncia contra los dirigentes del grupo Angelo Rizzoli y Bruno Tassandin por «conducta antisindical». Ambos habían asegurado que la recapitalización del grupo que habían anunciado y para la que habían obtenido la autorización iba a potenciar el grupo, manteniendo los actuales niveles de empleo. De repente, los dueños de Rizzoli, saltándose todas las promesas, se limitaron a anunciar el cierre de cuatro publicaciones y el despido de 1.370 trabajadores. De nada sirvió la negociación entablada en el Ministerio de Trabajo entre Gobierno, sindicato y Rizzoli. Hubo incluso un incidente muy desagradable. Rizzoli se presentó al Ministerio con su guardia de corps. Cuando en la discusión acalorada uno de los sindicalistas se enfrentó con Rizzoli llamándole piduista (es decir, miembro de la P-2), su gorila tuvo la desfachatez de empuñar la pistola con ostentación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.