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El PCE insiste en destituir a los cinco concejales disidentes

Los cinco concejales comunistas del Ayuntamiento de Madrid obligados por su partido a abandonar el cargo público que ostentan, al habérseles retirado la confianza política, fueron conminados ayer por el comité provincial del PCE para que suscriban un documento en el que se retracten de su adhesión al acto público que recientemente protagonizaron en Madrid Lertxundi y Onaindía. Este documento debería contener los mismos principios que los seis miembros del Comité Central expulsados en la madrugada de ayer de este órgano de representación se negaron a suscribir.

Si tal pretensión es rechazada, los cinco concejales madrileños -Mangada, Palacín, Almelda, Villalonga y Larroque- serían destituidos por el partido de sus cargos municipales, para lo que, al cierre de esta edición, el comité provincial debatía los nombres de sus sustitutos en base a la lista de candidatos del partido. Los cinco concejales comunistas cuya destitución pretende el partido, por su parte, presentarán hoy a la dirección del partido en Madrid un documento alternativo en el que solicitan, con carácter urgente, la convocatoria de una conferencia extraordinaria para la provincia en la que se busque solución a la crisis del partido.En ningún caso, según pudo saber este periódico, están dispuestos a suscribir una rectificación sobre la base de los criterios del Comité Central, cuyo contenido calificaron de barbaridad. "Sería una villanía aceptar lo que nuestros compañeros expulsados del Central han rechazado con firmeza", dijeron.

La rectificación que se solicita por el Comité Central, a cambio de la cual la sanción del partido quedaría reducida a una severa amonestación, que les permitiría seguir en el desempeño de sus responsabilidades municipales, supondría "el reconocimiento de que la convocatoria del acto con presencia de Lertxundi y Onaindía en Madrid es un acto antiestatutario y, objetivamente, una toma de posición contra la dirección del partido, además de un error político".

Asimismo, los concejales madrileños deberían manifestar "compromiso de respetar de ahora en adelante los acuerdos del Congreso y los estatutos aprobados en éste, así como las decisiones de los órganos dirigentes del partido".

De otra parte, la rectificación debería afirmar que, "como los estatutos del partido garantizan a todos los militantes el derecho a defender libremente sus opiniones y a ejercer el derecho de crítica en las organizaciones regulares, derecho que no se ha negado a ningún afiliado al partido, los camaradas citados se comprometen a no llevar a los medios de comunicación posiciones opuestas a los acuerdos del congreso y de los órganos dirigentes del partido".

El responsable político del partido en Madrid, Adolfo Piñedo, llamó en la tarde de ayer a la sede provincial del mismo a Eduardo Mangada, primer teniente de alcalde y portavoz comunista en la Corporación madrileña, para transmitirle la conminación del Comité Central. El partido ha decidido resolver la crisis entre sus cargos públicos comenzando por Madrid, por considerar la personalidad política de los concejales de su Ayuntamiento y el valor ejemplarizador de la solución que se adopte en este caso.

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El portavoz de Prensa del partido en Madrid aseguró que si la negativa de los concejales a las pretensiones rectificadoras del Comité Central se confirma,-"se procederá a su destitución, sin que sea preciso expulsarles, ya que el partido o, mejor, su comité provincial, con la ratificación del Central, es quien les ha incluido en las listas electorales".

Agregó el referido portavoz que sin, olvidar el resto de la provincia, hoy (por ayer), por prioridad política intentamos resolver el problema del Ayuntamiento de Madrid. "Y la solución debe ser política, adoptada en el seno del comité provincial, por lo que creemos que el partido puede destituir de sus cargos a los concejales".

De otra parte, los contactos de la dirección provincial del PSOE con sus colegas del PCE parecen haberse intensificado en los últimos días. Según ha podido saber este periódico, Joaquín Leguina, secretario general de la Federación Socialista Madrileña, mantuvo el fin de semana pasado contactos con Piñedo, responsable político del PCE de Madrid; Juan Francisco Pla, secretario de política municipal a nivel estatal, y Manuel Rico, su homólogo político en el ámbito provincial. Del resultado de estos contactos, Leguina informó a Felipe González, al que sugirió que conversara con Santiago Carrillo para tratar de mediar en la solución a la crisis comunista, con el fin de evitar "el desgobierno municipal que una solución traumática podría originar".

Del contenido de la conversación entre Felipe González y Santiago Carrillo no ha trascendido nada, si bien es de suponer que resultó infructuosa, puesto que, una vez producido este contacto, el Comité Central expulsó a seis de sus miembros.

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