Después de la desbandada

Como siempre, el señor Fernández Ordóñez y sus seguidores han aprovechado el peor momento para dar la espantada. Tiene razón Felipe González cuando afirma que resulta curioso que pasen estas cosas en UCD cuando -acaba de ganar una votación importante (la de la OTAN), cuando el terrorismo lleva meses aplacado y cuando el cumplimiento del ANE podía significar un cierto despegue en la economía nacional. Sucede, sin embargo, que el partido padece de bicefalia -e incluso puede que haya más de dos cabezas-, que es como estar descabezado, que los hombres que apoyan al Gobierno están divididos en la lucha por el poder y que los socialdemócratas -una vez más- ni estaban de acuerdo con el tema de la OTAN ni han sabido poder poner por delante los intereses nacionales a los del propio grupo. En otras palabras: no se han sentido ligados al programa que en su día ofrecieron al electorado, porque saben que ellos, concretamente ellos, no tienen detrás más electores que los que les dio la sigla de UCD. Un nuevo salto, pues, en el vacío, que Calvo Sotelo debiera aprovechar para reconducir el programa del partido. Para ello, además de la desbandada socialdemócrata, haría falta unir voluntades y acabar de una vez con las rencillas internas. Puede ser el momento. (...) 5 de noviembre.