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El Consejo Superior del Ejercito estudió ayer el proyecto de creación de un arma acorazada

El Consejo Superior del Ejército, órgano del que son titulares todos los tenientes generales con mando sobre las diferentes regiones militares, estuvo reunido ayer en Madrid con objeto de someter a estudio los principales temas castrenses de candente actualidad, incluidos algunos de tipo técnico, como el proyecto ya existente sobre la creación de un arma acorazada.Aunque las deliberaciones del Consejo son secretas, distintos observadores no descartaban anoche que en la reunión militar se hubieran tratado los pormenores que han rodeado la concesión de la medalla de Sufrimientos por la Patria al teniente general Jaime Milans del Bosch, decisión actualmente en trámite de anulación.

En este sentido, fuentes militares de reconocida solvencia indicaron a EL PAIS que ya ha sido puesto en marcha todo el mecanismo investigativo para esclarecer los hechos y, en su caso, exigir las responsabilidades a que pudiera haber lugar. Hasta la fecha, el mando militar sólo ha dispuesto la destitución del general de brigada Fernando Ortiz Call, jefe de la sección de ascensos, situaciones y recompensas del Cuartel General del Ejército.Europa Press, en uno de sus despachos difundidos ayer, informaba de fuentes próximas al Ministerio de Defensa que en la concesión de la medalla de Sufrimientos por la Patria a Milans del Bosch se produjo un error por «rutina administrativa », aunque posteriormente añade que la orden no iba firmada por quien correspondía en este caso concreto. EL PAIS, en su edición de ayer, adelantaba que la firma de la orden, atribuida al director de personal del Ejército, general de división Manuel Vallespín, era ilegible en el texto remitido a la imprenta.

Estos acontecimientos dentro de las Fuerzas Armadas se producen en un momento de crisis del partido en el Gobierno, hecho este último que, a juicio de los citados observadores, está siendo meticulosamente aprovechado por los sectores más reaccionarios del país para fomentar un ambiente de psicosis y lanzar campañas intoxicativas.

El diario ultraderechista El Alcázar publicaba ayer una crónica en la que, bajo el título «Golpe bajo a la Guardia Civil», se decía que «el Gobierno decidió el viernes equiparar a la Guardia Civil con la Cruz Roja». Este argumento lo basaba el firmante del artículo en la decisión gubernamental de hacer posible que se haga el servicio militar de forma voluntaria en el benemérito instituto.

Las intoxicaciones en torno a este cuerpo, al que el Ministerio del Interior cuida desde hace unos meses con especial sensibilidad después del daño sufrido por culpa de las acciones delictivas de Tejero, son despreciadas con el mayor silencio, según fuentes próximas a la Guardia Civil, cuyo director general va a ser ascendido en breve a teniente general, y cuya plantilla, según prometió Juan José Rosón, va a ser aumentada con 20.000 hombres más.

Paralelamente a esto, han tenido especial eco en la Prensa extranjera las informaciones que aluden a la activa presencia en los cuarteles españoles de la organización golpista Unión Militar Española (UME), colectivo ultra que, desde la más absoluta clandestinidad, emprende intoxicativas campañas contra el orden constitucional que salvaguarda el Rey. Le Monde informaba que el Gobierno español habría llegado a un pacto con el poder militar, gracias al cual este último aseguraría la total tranquilidad de los cuarteles a cambio de una no intervención del Ejecutivo en la nominación de oficiales.

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