La reunificación de Europa basada en las raíces cristianas, tema de un congreso en Roma

Organizado por la Pontificia Universidad del Laterano, de Roma, y por la Universidad Católica de Lublino, de Polonia, se ha inaugurado ayer en el Vaticano, a dos pasos del palacio del ex Santo Oficio, un imponente congreso internacional para estudiar el tema Las comunes raíces cristianas de las naciones europeas.

Tiene como finalidad desarrollar la idea lanzada por el papa, Juan Pablo II, primero en Gniezno y después en el santuario de Czestochowa, durante su viaje a Polonia, cuando afirmó: «Europa, tan dividida a lo largo de su historia; esta Europa, a pesar de sus divisiones actuales en razón de sus regímenes políticos, ideologías y sistemas económicos, tiene que buscar su unidad fundamental. El cristianismo debe empeñarse de nuevo en la formación de la unidad espiritual de Europa. Las razones económicas y políticas no están en grado de realizarla por sí solas». En aquella ocasión, el papa Wojtyla había llegado a decir con gran énfasis: «¿No es Cristo quien lo desea, no es el Espíritu Santo quien lo dispone que este Papa polaco, Papa eslavo, manifieste en este momento la unidad espiritual de Europa?».Desde aquel momento, las dos prestigiosas universidades católicas del Laterano y de Lublino habían acariciado la idea de reunir, por primera vez en la historia, en un congreso a las orillas de San Pedro, personalidades del mundo de la cultura y de la religión, de «los dos mundos hoy lacerados, para estudiar esta intuición » de Juan Pablo II.

En efecto, han llegado ya a Roma nada menos que 227 participantes, provenientes de veintidós naciones de todo el mundo. De ellos, 127 vienen de la Europa del Este: 89 polacos, diecisiete eslovacos, doce checoslovacos, siete ucranianos, cuatro croatas, cuatro húngaros, dos búlgaros, dos eslovenos, un besarabo y un lituano.

El secretario general del congreso, Virgilio Levi, vicedirector del Osservatore Romano, ha declarado que la financiación de treinta millones de pesetas ha corrido a cargo de los polacos de la diáspora.

La presencia española no es ni numerosa ni tiene un papel de primera plana. Ninguna ponencia les ha sido asignada. Participan, sólo en los debates, Julián Marías, en el tema Las nuevas antropologías; Agustín de Arana y Joaquín Maristany de la Universidad de Barcelona: en Iglesia, nación, Estado; Julio de la Torre, de la Universidad del Laterano, en Roma, en Pensamiento y acción social en los derechos humanos, y Saturnino Alvarez Turienzo, de la Universidad de Salamanca, en Conciencia de la unidad europea.

Los otros temas del intenso programa, que durará hasta el sábado, día en que el Papa recibirá a todos los participantes en audiencia privada, son: aspectos históricos, pensamiento filosófico, pensamiento teológico, vida religiosa- liturgia- espiritualidad, religiosidad popular, artes, literatura e instituciones jurídicas.

En el comité de honor figuran seis cardenales, entre ellos el arzobispo de Barcelona, Narciso Jubany Arnau.

Abrieron ayer el congreso con dos ponencias, a la última hora de la tarde, Jaroslav Pelikan, de la Universidad de Yale, en New Haven (Connecticut, Estados Unidos), y Janus Ziolkowski, rector de la Universidad polaca de Poznan. El tema tratado fue «La unidad espiritual de las naciones europeas».

Según el secretario general, Virgilio Levi, este congreso «a dos voces» podrá abrir un diálogo capaz de instaurar una prospectiva común para una Europa «unida a través de las comunes raíces cristianas», que constituye uno de los «grandes empeños, si no el mayor, del activisimo pontificado de Juan Pablo II».

Por parte francesa están invitados el poeta Pierre Enmanuel, de la Academia Francesa, y el filósofo Roger Garaudy, entre otros.