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Reportaje:

Descendientes de torturados y torturadores, un insólito club fundado en Londres

Andrés Ortega

Torturados y torturadores. Un club muy exclusivo. Los británicos son verdaderos fanáticos de los clubes. Los hay de todas clases, tipos y curiosidades. Un nuevo club, que celebrará su primer aniversario el próximo enero, reúne a los descendientes de víctimas de la tortura británica. Ahora, los organizadores del Dungoen Club buscan a los antepasados de los torturadores... para brindar con ellos.

Todo comenzó hace un año con un anuncio en The Times. En enero pasado, una cincuentena de estos descendientes de torturados se reunieron por vez primera en las tétricas dependencias del museo del London Dungeon, rodeados de tenebrosas figuras de cera. Entre ellos había descendientes de María Estuardo, reina de los escoceses, y de Guy Fawkes y sus compañeros, los hermanos Winter presuntos autores del famoso compló de la pólvora para volar el Parlamento de Londres en 1605. Había otros nombres prestigiosos, como el de Watt Tyler, líder de la rebelión de los campesinos (1381), o el de William Wallace, héroe escocés que padeció, una muerte horrorosa en 1305: primero se le colgó, y aún vivo, se le abrió el estómago y se cortó su cuerpo en cuatro pedazos. Los descendientes relatan estos hechos con suma alegría.

Tomar una copa juntos

Son asimismo miembros del club familiares del conde de Stafford, torturado y ejecutado en la torre de Londres, pero hay también descendientes de personas con un menor prestigio histórico, como el ladrón de caballos Isaac Illingworth, quien en 1641, en Halifax, se convirtió en el último hombre del Reino Unido en ser expuesto vivo, en una picota.Los miembros de este club se reúnen ahora en el London Dungeon para celebrar aniversarios o revoluciones y, sobre todo, para tomar una copa de vino juntos. Han descubierto que se llevan muy bien, pero que son pocos. Ahora están buscando a los descendientes de los torturadores, no sin cierta dificultad, pues, como comentan los organizadores, estos descendientes pueden sentirse algo tímidos y poco orgullosos de sus antepasados.

El Dungeon Club ha logrado, sin embargo, un pequeño éxito incorporando a familiares de Oliverio Cromwell, que en 1651 conquistó con sus tropas Irlanda, en cuya operación resultaron muertos o vendidos como esclavos alrededor de 40.000 irlandeses, o del capitán Knyvett, de la guardia de la Torre de Londres y responsable de la captura de Guy Fawkes. Hay también un descendiente del obispo Martyr de Guilford, responsable, hace más de tres siglos, de numerosas ejecuciones. Este hombre miserable, se cuenta, guardaba un corazón humano en su sala de estar. Un club muy exclusivo.

Hogueras en los pueblos

Los miembros del Dungéon Club no serán los únicos que celebrarán, este 5 de noviembre, el fracaso del compló de la pólvora de 1605. Ese día, como es tradicional, se encenderán numerosas hogueras en pueblos y ciudades británicas. En Lewes, al sur de Londres, estas hogueras se prenden con fervor, pues en esta ciudad, en tiempos de la católica María Tudor, fueron quemados muchos protestantes. Las hogueras los recuerdan con un acentuado sentimiento antipapista. Las celebraciones culminan en Lewes tirando al río Ouse un barril de alquitrán en llamas.Esta es una reliquia de antiguos ritos paganos de los celtas. El fuego apagado por er agua representa la llegada del invierno, venciendo sobre el verano. Las hogueras perpetúan el samain celta, encendidas para asegurar que la vida se renovará en la Tierra tras el largo y frío sueño del invierno.

En el día del samain se pensaba que las leyes naturales quedaban en suspenso, liberando a espíritus y demonios. El semain, con la llegada del cristianismo, se transformó en el Día de Todos los Santos (1 de noviembre), pero la fiesta de Haloween, la víspera, con sus fantasmas y sus brujas, aún sirve para recordar los ritos ancestrales.

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