Polémica apertura del centenario teresiano en Ávila
Alrededor de 50.000 personas asistieron ayer en Avila al acto de apertura del año jubilar teresiano, que tuvo lugar en la plaza de Santa Teresa y fue presidido por el cardenal Ballestrero, legado pontificio para estos actos, quien durante la homilía anunció que el Papa tiene la esperanza de visitar España y Avila en fecha próxima. Entre las autoridades civiles asistentes al acto figuraban Pío Cabanillas, ministro de Justicia, y el duque de Suárez.
Los actos dieron comienzo a las once de la mañana con la llegada a la plaza de Santa Teresa, conocida popularmente como del Mercado Grande, de la imagen de la santa abulense. En esos momentos, la plaza y las calles adyacentes ya se hallaban completamente abarrotadas de público, hasta alcanzar la cifra de las 50.000 personas, según los cálculos de la Policía Municipal de Avila.Tras los vivas a santa Teresa y al Papa dados por los asistentes, el obispo de la diócesis se dirigió a los fieles haciendo una breve introducción del acto y pidiendo un fuerte aplauso para el Papa. A continuación comenzó la misa, concelebrada por el cardenal legado, el cardenal Tarancón, Jubany, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el nuncio apostólico, los obispos de Avila y Salamanca, y el superior general de la orden de los carmelitas descalzos.
Tras las lecturas, una de las cuales fue efectuada por el alcalde de Avila, y el evangelio, el cardenal legado pronunció una homilía en la que glosó la figura de la doctora de la Iglesia y anunció posteriormente que el Papa tiene la intención de visitar España y Avila en fecha próxima. Al final de la misa, el cardenal Ballestrero comunicó la concesión de indulgencia plenaria a todos los peregrinos que visiten diversos lugares teresianos durante este año jubilar. Entre éstos se encuentran la iglesia de la santa, edificada en el lugar donde nació la mística, y el monasterio de la Encarnación, convento en el que entró en religión. Una vez concluida la misa, la imagen de la santa fue conducida en procesión a la iglesia que lleva su nombre, lugar donde está ubicada habitualmente. A estos actos asistieron Pío Cabanillas, ministro de Justicia; el duque de Suárez, el presidente del Consejo Regional de Castilla y León, gobernador civil, presidente de la Diputación, alcalde, concejales y parlamentarios abulenses. No asistió ninguna representación de Alba de Tormes, lugar donde reposan los restos de la mística universal.
Antes de comenzar la celebración, el cardenal Ballestrero envió un telegrama al Papa con el siguiente texto: «Sol brillante, igual fervor de la multitud. Todos lamentan un vacío, presencia de Su Santidad, en ciudad conmovida Cardenal legado, episcopado español, clero y órdenes religiosas, fieles, se unen de corazón con los mejores sentimientos de obediencia al vicario de Cristo, en vísperas aniversario de su elección y encomiendan a santa Teresa fecundidad del Pontificado. Cardenal Ballestrero, legado pontificio».
Una efeméride conflictiva
Muy lejos está de alcanzar la organización de este segundo centenario los niveles de polémica del tercero, que provocó serias críticas al Gobierno de Sagasta. Sin embargo, diversos hechos han contribuido a crear en Avila un estado de preocupación por todo lo relacionado con el centenario.En ciertos sectores de la opinión pública abulense se ha criticado muy duramente la actitud del Ayuntamiento, y fundamentalmente del alcalde, en relación con los preparativos del centenario, hasta el punto de afirmarse que ha sido una suerte que el Papa no viniera, porque en la ciudad no se habían efectuado obras de infraestructura que permitieran dar cabida al gran número de peregrinos que hubieran acudido a la cuna de santa Teresa. También han sido muy numerosas las voces que se han alzado en favor de situar en la plaza de Santa Teresa un monumento en honor de la misma. Esto hizo cambiar apresuradamente el orden del día de un pleno extraordinario, acordándose por unanimidad erigir el monumento.
El obispo tampoco ha estado exento de críticas por su actuación en el viaje del Ayuntamiento a Roma para visitar al santo Pontífice, actitud que ha sido calificada en algunos medios del consistorio como de «excesivo protagonismo». Por otro lado, tampoco ha sido retirado de la catedral el mural del pintor Teok Carrasco, a pesar de la orden estricta dictada en este sentido por la comisión provincial del Patrimonio Histórico-Artístico y por Javier Tusell, director general de Bellas Artes.
Por último, han renacido algunas de las tensiones entre Alba de Tormes y Avila. Entre los abulenses no cayó muy bien el hecho de que la apertura del centenario se celebrara en la ciudad salmantina. Asimismo, el Ayuntamiento de Alba no invitó al de Avila a los actos del día 14, según han informado a EL PAIS fuentes solventes. Por su parte, los de Alba no estuvieron presentes en Avila ayer, a pesar de haber sido invitados. En este sentido cabe destacar la ausencia del presidente del Gobierno a la ciudad donde reposan los restos de santa Teresa, ya que fue informado por las autoridades abulenses de la desfavorable acogida que tendría su asistencia a los actos de Alba de Tormes.
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