Los concejales de izquierda del Ayuntamiento de Madrid afirman que no hay corrupción
En el Ayuntamiento de Madrid no existe corrupción. A esta conclusión han llegado, de manera unánime, los concejales socialistas y comunistas de la Corporación, quienes se apoyan en el informe de la comisión municipal que investigó la denuncia de supuesta corrupción en la concesión de las contratas de limpieza. De otra parte, entre los concejales que suscribían el contrainforme en el que se cuestionaba la labor de la referida comisión investigadora, hoy pueden materializarse algunas dimisiones, si es que el alcalde, que regresa esta madrugada de EEUU las acepta. "Para dejar zanjado este lamentable incidente", Joaquín Leguina, secretario de la Federación Socialista Madrileña (FSM), se reunió ayer con la Prensa, a la que dio cuenta de los acuerdos
En un tono de irritación visiblemente contenida, Joaquín Leguina, a quien acompañaba el secretario de Política Municipal de la FSM y otros ejecutivos del partido en Madrid, comenzó afirmando, "solemnemente, que tenemos los datos suficientes, con excepción de quién filtró el tema a la Prensa, de lo que ha pasado en el Ayuntamiento para afirmar que no ha habido corrupción". Después explicó que la valoración política que se ha hecho del tema ha incurrido en un grave error, consistente en creer que "la honradez hay que demostrarla, cuando lo que hay que demostrar es lo contrario".Dos tipos de explicaciones encuentra el PSOE para justificar lo que califica de "lamentable incidente". De una parte, una explicación empresarial que tiene su fundamento en el hecho de que hasta 1975 sólo había dos empresas de servicios y a partir de esta fecha comienzan a aparecer otras varias, que tratan de acabar con el oligopolio que representaban las dos primera mediante "prácticas que yo calificaría, al menos, de dudosas". En opinión de Leguina, el comportamiento de estas empresas hacía creer a la Corporación de izquierda "que nos encontrábamos entre Frank Nitti y Al Capone, y nosotros, de tontos. Pero es la última vez que vamos a ir de tontos".
Respecto a la explicación política, Leguina aseguró que "detrás de este asunto hay una operación política contra el PSOE que, en definitiva, supone un apoyo ideológico y político contra los partidos en general. Se trata de poder decir que todos los partidos son iguales, que todos son corruptos y que, por tanto, no sirven. Pero esta teoría llevaría a la destrucción de la democracia, que quizá sea lo que se persigue". Leguina cree que esta operación política ha perjudicado subjetivamente al PSOE y se ha visto secundada, internamente, por otra operación de pequeño alcance "por parte de un señor que veía cómo cada día se deterioraba más su posición y ha tratado de meter un cuerno a la ejecutiva, especialmente a su secretario general, que es quien suscribe. Es decir, me han querido dar una bofeteda en la cara de Baltasar Aymerich".
En este punto, Leguina, que insistió a lo largo de la reunión informativa- en mantener un tono de apenas disimulada contrariedad y abierta hostilidad hacia los medios informativos, con inflexiones de voz que subrayaban determinadas palabras orientadas de manera discreta a definir lo que él considera un tratamiento escandaloso por parte de los medios de comunicación, sostuvo la convicción de que esta operación política que habría justificado el "lamentable inciden te" salta a la Prensa "porque está subjetivamente ligada a la campaña nacional contra el PSOE".
Ni tonto ni corrupto
Ante este adverso panorama, la reacción de los destinatarios de la supuesta campaña de desprestigio adoptaron dos tipos de medidas: in stitucionalmente, mediante la comisión municipal investigadora nombrada por el alcalde, y cuyas conclusiones "han sido unánimemente respaldadas por los nueve concejales comunistas y los veinticuatro concejales socialistas"; en el ámbito partidista, la reacción fue la expulsión de Alonso Puerta mediante la oportuna resolución de la comisión federal de conflictos.Concluida la extensa disertación del secretario general de la FSM, se abrió el turno de preguntas entre las que destacó una nueva alusión a la supuesta corrupción en base a las declaraciones de Leguina a propósito de las 500.000 pesetas que habría ofrecido como donativo un militante socialista que, al mismo tiempo, ofertaba comisiones en la concesión de las contratas. Leguina, visiblemente irritado y con cierta sorna, explicó que "por mis manos pasan 50.000 millones de pesetas al año. Señores vengadores justicieros de la Prensa, ¿ustedes me creen capaz de corromperme por 50.000 pesetas? Me niego a ser corrupto y tonto a la vez".
Esta alusión a la Prensa entre la jocosidad y la recriminación volvió a ser utilizada por Leguina cuando lamentó que cuando el caso Puerta se dio por cerrado en el partido y en el Ayuntamiento, desde algún medio informativo "se ha pretendido hurgar en el grupo de concejales socialistas. Esas insinuaciones de dimisiones en cadena no nos dan ningún miedo. Ni en cadena ni en cadeneta", insistió Leguina en tono castizo y prepotente. Y añadió: "Quien se tenga que ir, que se vaya; pero que se vaya ya".
Un número "escasito" de dimisiones
Preguntado sobre el número de posibles dimisionarios, en relación con las posturas manifestadas en la reunión de antayer en la FSM, en la que fue retirado el contrainforme al dictamen de la comisión investigadora, Leguina, sin perder la sonrisa, aseguró que era "escasito".Según la información obtenida ayer por este periódico, entre los concejales socialistas habrían presentado su dimisión, sobre la que decidirá el alcalde, al menos cinco de ellos.
Asimismo, ayer fue presentada ante el juzgado de distrito la solicitud de conciliación previa a la querella por injurias de Baltasar Aymerich y Jesús Espelosín contra Puerta, quien, por su parte, espera poder acudir como concejal al pleno de mañana, ya que ha solicitado de la Junta Electoral que aplace su sustitución hasta que el recurso presentado ante el congreso de su partido resuelva definitivamente su expulsión o no del PSOE.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.