El escándalo de las contratas de limpiezas fue silenciado por el Ayuntamiento en su sesión pública de ayer
La primera sesión pública del Ayuntamiento madrileño desde que saltara el escándalo de supuestas corrupciones en la concesión de las contratas de limpiezas, con ocasión de la Comisión Permanente celebrada ayer, evitó cualquier alusión a la denuncia que en este sentido formuló el segundo teniente de alcalde, Alonso Puerta, y por la que se encuentra amenazado de expulsión del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). La comisión se ocupó en su orden del día de 77 asuntos de trámite, y en el capítulo de ruegos y preguntas surgió una breve y moderada polémica a propósito de la cuestionada responsabilidad de los municipios en el síndrome tóxico por aceite adulterado.
Otra novedad de esta primera sesión pública de la Corporación desde que el pasado 21 de septiembre Alonso Puerta solicitara el cese de los delegados de Hacienda y Saneamiento y Medio Ambiente, Aymerich y Espelosín, respectivamente, por su supuesta implicación en la posible corrupción, fue el estreno de José Barrionuevo, tercer teniente de alcalde y responsable de Seguridad y Policía Municipal, como portavoz del grupo socialista, en sustitución, provisionalmente, de Puerta, al que, también provisionalmente, se le ha suspendido de militancia en el PSOE.La monótona sesión municipal no correspondió a la atención informativa despertada y, se tradujo en la inusual presencia de varios fotógrafos de Prensa que, no obstante, con su trabajo permitieron distraer la aburrida presencia de los concejales mientras el secretario de la Corporación desgranaba rutinariamente los 77 puntos del orden del día, aprobados apenas con ligeras intervenciones de los ediles.
Las casi dos horas de sesión pública transcurrieron, pues, sin la más mínima alusión al tema que centra la atención informativa de estos días en la vida municipal. La única manifestación externa del conflicto que registra el Ayuntamiento fue el cambio habido en el cargo de portavoz socialista, en el que Barrionuevo hubo de soportar el ataque dialéctico de los centristas, muy enfadados con el comportamiento de la Corporación durante la conferencia de Prensa que recientemente mantuvo el alcalde para descargar de responsabilidad al Ayuntamiento en el tema de los envenenamientos por aceite adulterado, y contra algunos de sus miembros por su presencia en la manifestación del pasado día 30 contra los referidos envenenamientos.
Barrionuevo, que al menos en su primera actuación como portavoz adoleció de la flema que caracterizaba las intervenciones de su antecesor en el cargo, hubo de responder antes a su oponente ideológico y portavoz centrista Alvarez del Manzano, en sus críticas sobre temas puntuales que hacían referencia al supuesto trato de favor por parte de la Policía Municipal ante las infracciones de tráfico que recientemente podrían haber cometido altos dirigentes socialistas. Barrionuevo confesó desconocer el supuesto.
Donde hubo de emplearse a fondo Barrionuevo, con el apoyo de Puerta -que aparecía ayer con el pelo recién cortado, con sus ojillos siempre sorprendidos detrás de las gafas de concha que le dan ese aire característico del primero de la clase, relajado y sonriente, e incluso muy próximo a quien con toda probabilidad le sucederá en la segunda tenencia de alcaldía y Luis Rufilanchas, responsable de Abastos y Mercados, fue en la dura acusación lanzada por el centrista Antonio Vázquez a propósito del comportamiento municipal en el síndrome tóxico.
Antonio Vázquez afirmó que "el Ayuntamiento trata de evitar responsabilidades en este desgraciado incidente, olvidando que no se ha prestado la necesaria vigilancia para reprimir la venta ambulante, que ha constituido la principal vía de comercialización del aceite adulterado". Sobre la reciente manifestación, criticó el que algún concejal acudiera a la misma, "cuyo intolerable ambiente registró gritos y pancartas de malísimo gusto político".
Rufilanchas rechazó cualquier intento de evadir responsabilidades y recordó que la principal vía de comercialización del aceite adulterado ha sido la venta puerta a puerta, método de venta que está autorizado por el Gobierno y regulado por el Ministerio de Comercio. "El problema no es la utilización de una vía irregular de venta, sino la venta de un producto irregular que debía haber sido controlado en su origen y comercialización por la Administración central, que es a la que le compete".
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