Enfrentamiento entre iraníes y la policía en Arabia Saudí

Veinte peregrinos iraníes resultaron heridos el pasado martes en combates con la policía saudí en la ciudad sagrada de Medina, en Arabia Saudí, según se supo ayer en Beirut. Los enfrentamientos se produjeron un día después de que las autoridades saudíes anunciaran la expulsión de ochenta iraníes que realizaban su peregrinación musulmana anual, por portar retratos del ayatollah Jomeini. También fue expulsado un grupo de la televisión de Irán, cuyo equipo fue confiscado, según informó Radio Teherán.El ministro iraní de Orientación, hojatoleslam Abdolmajhid Moadikhah, envió una nota de protesta a las autoridades saudíes en las que se quejaba del trato recibido en aquel país por los peregrinos iraníes. El incidente, sin embargo, no fue citado por los medios de comunicación de Arabia Saudí.

Radio Teherán precisó que los enfrentamientos comenzaron en la mañana del martes, cuando dos peregrinos iraníes inválidos besaron el sepulcro de Mahoma, quien, según la tradición musulmana, está enterrado en Medina junto a su hija Fátima. El acto de besar el sepulcro de Mahoma es común entre los musulmanes chiítas, pero no entre los sunnitas, que constituyen la mayoría islámica en Arabia Saudí. Los dos impedidos fueron detenidos por la policía, hecho que motivó los disturbios que se saldaron con veinte heridos, doce de ellos de gravedad.

Unos 70.000 iraníes esperan realizar este año la tradicional peregrinación musulmana a las ciudades sagradas de Arabia Saudí, y muchos de ellos acostumbran a realizar en estas ocasiones manifestaciones de afirmación de la revolución islámica iraní.

Por otra parte, el imán Jomeini nombró ayer al ayatollah Ashiq Montazeri presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Irán, según comunicó Radio Teherán. Montazeri, que reside normalmente en la ciudad sagrada de Qom, cuna del islamismo chiíta iraní, es el máximo dirigente de las poderosas escuelas teológicas de esta ciudad.

Montazeri, de 81 años, considerado como futuro sucesor de Jomeini, padece desde el año pasado una lesión cardíaca y sufre, al igual que las principales jerarquías religiosas iraníes, dolencias oculares.

Según algunos observadores, el nombramiento de Montazeri preludiar un cierto mitigamiento en la aplicación de la justicia islámica.