La dirección del PCE de Euskadi rechaza un congreso para discutir la fusión con Euskadiko Ezkerra
El Comité Central del Partido Comunista de Euskadi (EPK) ha rechazado la propuesta del sector contrario a la convergencia con Euskadiko Ezkerra de convocatoria inmediata de un congreso extraordinario que cuestione dicha convergencia. La táctica del sector que rechaza la integración parece ser, de todas formas, la de crear una situación de polarización interna tal que haga inevitable de hecho la convocatoria de ese congreso, lo que significaría en la práctica la paralización del proceso de negociación con el partido de Mario Onaindía.
Esa negociación se ha iniciado ya con el nombramiento de sendas comisiones encargadas de redactar, en el plazo de una semana, un documento que constate las coincidencias y divergencias existentes en el momento actual entre ambos partidos. Mientras tanto, esa polarización interna ha tenido ocasión de ponerse de relieve en las asambleas informativas que vienen celebrándose desde el jueves pasado y en las que se ha traslucido también que uno de los objetivos buscados con la propuesta de congreso inmediato sería el de desplazar a Lertxundi, contra quien personalizan buena parte de su irritación los críticos, de la dirección del partido.Formalmente, la propuesta se argumenta en base a la posible contradicción entre la legitimidad del X Congreso del PCE y la resultante del IV Congreso del EPK. Tal fue por ejemplo la línea seguida por el comité de Alava -opuesto a Lertxundi-, que pretendió hacer votar una resolución en la que se «hiciera una valoración positiva del X Congreso, y en la que se expresara el acatamiento sin reservas de sus conclusiones». La fórmula iba, probablemente, destinada a desautorizar al Comité Ceñtral, que el pasado día 12 había considerado no satisfactorios los resultados de dicho congreso, en el que fueron rechazadas todas las propuestas presentadas por la delegación del EPK.
El sector Lertxundi considera que ese congreso extraordinario deberá celebrarse únicamente después del debate con EE, de tal forma que la decisión final sobre la posible fusión y sus condiciones pueda ser adoptada en base a las propuestas resultantes de los acuerdos políticos y organizativos a que hubiera llegado en las conversaciones, y no en base a simples presunciones o juicios de intención. De ahí que, para Lertxundi, un congreso inmediato como el propuesto por el otro sector sólo tenga sentido «si lo que se pretende es evitar el debate y provocar la ruptura del partido».
Explicaciones de Lertxundi
El secretario general del EPK tuvo ocasión de exponer este punto de vista en una asamblea de profesionales e intelectuales celebrada el lunes en Bilbao, y que estuvo abierta a ex militantes e independientes interesados en el proyecto de convergencia. Lertxundi comenzó por considerar falsa la contraposición que algunos portavoces del otro sector habían pretendido establecer entre, por una parte, el sector obrero -y, en particular, obrero-inmigrante-, que sería opuesto a la convergencia; y, por otra, los sectores de origen nacionalista que, junto con los profesionales e intelectuales, apoyarían ese proyecto. Lertxundi citó al efecto los posicionamientos favorables de barrios netamente obreros e inmigrantes, como Ocharcoaga, o de diversas localidades industriales de Vizcaya y Guipúzcoa.Esta precisión parecía ir dirigida en particular contra las declaraciones de Luis López la Calle, miembro del Comité Central, opuesto al proceso, según las cuales «el grueso de la militancia obrera seguirá en el PCE, por lo que no es cierto que vaya a darse la fusión de un partido de tradición nacionalista con otro de tradición obrera».
Lertxundi consideró que sería «no entender nada pretender valorar el proceso ahora iniciado desde una perspectiva inmedialista, o estrechamente partidista». Por el contrario, «se trata de un proyecto a largo plazo en el que lo esencial no es el número de militantes, o el de votos del nuevo partido, sino la creación de un cauce creíble, de un lugar de encuentro verosímil, para fuerzas hetetogéneas de izquierda que hasta ahora se han ignorado».
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