Salvaje agresión en un pueblo soriano a dos hermanos y a la Guardia Civil, que intentó protegerlos
Los hermanos Raimundo y Felipe Domingo, de 34 y 29 años de edad, respectivamente, estuvieron a punto de ser linchados por vecinos de la localidad soriana de Santa María de las Hoyas, en la noche del 15 al 16 de septiembre. La agresión no tuvo otra causa que la reacción violenta de un vecino cuando fue recriminado por uno de los hermanos, al que le había estrellado un petardo de feria en la espalda, y alcanzó a los miembros de la Guardia Civil que trataron de poner orden. El gobernador civil de Soria, que confirmó a EL PAIS el hecho, manifestó que el asunto está en manos del fiscal.
Los dos hermanos. naturales de Langa de Duero (Soria), fueron brutalmente agredidos por numerosas personas de Santa María de las Hoyas e ingresaron en el hospital clínico universitario de Valladolid siete horas después de producirse los hechos y tras una odisea en la que incluso fueron abandonados a más de 120 kilómetros de Valladolid por la ambulancia que les conducía al centro sanitario.Felipe Domingo, pese a perder abundante sangre, al tener una herida inciso-contusa en la cabeza. y a padecer traumatismo cráneo-encefálico, según dictaminaron posteriormente los doctores, tuvo que conducir su propio coche y trasladar en él a su hermano, que vomitaba sangre y que padecía, según los análisis médicos, doble fractura de mandíbula, traumatismo cráneo-encefálico, heridas en la cabeza y contusiones en todo el cuerpo.
Según la versión de uno de los hermanos, la agresión se produjo «sin motivos de ningún tipo y sin que aún podamos explicarnos cómo todo un pueblo pudo cometer un acto tan bárbaro». «Fuimos», señaló Felipe Domingo a EL PAIS, «a cobrar una factura desde Langa de Duero a Santa María de las Hoyas, donde jamás habíamos estado antes y donde no conocíamos a nadie; acudimos por la noche. ya que en los pueblos es la mejor hora de pillar a la gente en casa, y nos encontramos con que el pueblo estaba en fiestas».
«Luego todo fue extrañísimo, casi de película del Oeste americano. Al salir de un bar, y sin haber hablado con nadie, una persona me estrelló un cohete en la espalda. Le recriminé su actitud sin violencia, pero entonces otras tres personas me golpearon y me arrojaron al suelo». Felipe Domingo, estudiante de ingeniería técnica industrial en Valladolid, asegura que, sin que surgieran más conflictos, comenzó a arremolinarse gente, y una persona, que se identificó como concejal, pedía que les mataran.
«La Guardia Civil intervino para calmar los ánimos y, ante la situación, accedimos a ir al ayuntamiento para que aclararan las cosas». agregó. «En el trayecto siguieron golpeándonos y, posteriormente, al llegar a la plaza del pueblo y estar cerrada la casa consistorial, todo el mundo, incluso mujeres mayores, niños y viejos, pedían que nos mataran; la Guardia Civil trató entonces de protegernos, pero ya no pudo hacerlo porque también golpearon a los dos agentes de la Benemérita. Yo pude agarrarme al cinto de uno de ellos y protegerme un poco, pero a mi hermano Raimundo le despegaron del grupo, le metieron en medio de un círculo de hombres y le molieron a golpes.
Todos estos hechos, «que no nos explicamos ni sabemos por qué podrían estar motivados», tuvieron lugar entre la una y las dos de la madrugada. «Todavía», añade Felipe Domingo, «algunos trataron de pegarnos más mientras el médico del pueblo nos realizaba la primera cura». Fue este médico, precisamente, quien, junto al juez y al sargento del puesto de la Guardia Civil de San Leonardo de Yagüe, ordenó el traslado en ambulancia de los dos hermanos hasta un centro sanitario. Sin embargo, a los diez kilómetros del trayecto, según la versión de los agredidos. el dueño de la ambulancia les exigió 20.000 pesetas para continuar.
«Al decirle que lo primero era llevarnos, puesto que nuestro estado era grave, sobre todo el de Raimundo, el amo del vehículo, que es de Burgo de Osma, se negó. En Langa de Duero, la Guardia Civil, al conocer el caso, le dijo que nos trasladase a Valladolid, pero él recorrió unos metros y nos abandonó en la plaza del pueblo. Ante el estado de mi hermano», continúa Felipe Domingo, «cogí el coche Y fui conduciendo hasta Valladolid, pese a que había perdido mucha sangre y a que me encontraba mal. Al llegar al hospital clínico tuvimos que ingresar urgentemente y mi hermano tuvo que ser operado varias horas después».
El agresor estaba bebido
Según la información obtenida por EL PAIS, el que comenzó los incidentes tirando un cohete de feria a Felipe Domingo estaba bebido, lo que explicaría su reacción violenta. Fuentes allegadas al vecindario han señalado que no participó todo el pueblo en la acción, aunque sí un nutrido grupo de allegados del primer agresor. Incluso cuando vecinos de la localidad recriminaron a los otros su comportamiento. estuvo a punto de reproducirse la violencia.
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