Europa del Este suaviza la advertencia del Kremlin
Todos los países aliados de Moscú en la Europa del Este han acogido la última advertencia del Kremlin a las autoridades polacas en términos menos dramáticos que lo que se suponía e, incluso, dieron el texto resumido, suavizando el contenido y omitiendo párrafos de extrema dureza. Igual hizo, horas antes, la agencia soviética Tass, lo que hace suponer que la carta obedece más al deseo de intimidar a la población polaca que a criticar la labor de los dirigentes del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista).El hecho de que la Prensa de dos países tan significados en su crítica a la situación polaca, como son Checoslovaquia y Bulgaria, omitieran las referencias a la anticonstitucionalídad de crisis polaca y al "derecho moral del pueblo soviético a pedir a Polonia que pon-
ga fin al amisovietismo" marca el carácter desdramatizador del texto.
Tampoco ha pasado inadvertido que la Prensa rumana se haya hecho eco del llamamiento del Kremlin con idénticos recortes.
Se da por seguro que los países del Este conocían el texto de la advertencia desde el mismo día 10, en que fue presentado por el embajador soviético en Varsovia, Boris Aristov, lo que explica las continuas campañas de obreros búlgaros, checoslovacos y húngaros, entre otros, criticando la "arrogancia" de Solidaridad y su apoyo a la constitución de sindicatos independientes en el Este europeo.
Asimismo, el hecho de que solamente se publicara el texto íntegro en Polonia da fuerza a la suposición de que se trata de una campaña de intimidación a la población polaca, y no una crítica abierta al equipo Kenia-Jaruzelski. Los duros juicios de la Prensa euroriental se centraron en contra de Solidaridad, y el periódico Pravda, órgano del PC de Eslovaquia (república federada de Checoslovaquia), felicitó el viernes a los dirigentes polacos por su firmeza en las últimas semanas frente a la organización de Lech Walesa.
Todos estos puntos de vista serían inimaginables si Moscú quisiera acabar con el tándem KaniaJaruzeIski o le hubiera retirado su confianza. El mensaje, a juicio de expertos en política del Este europeo, es, además de una operación psicológica contra la población polaca, una llamada de ánimo a las autoridades de Varsovia para que contrarresten el movimiento de Solidaridad.
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