El abogado de las multinacionales
Antonio Garrigues Walker no es un empresario en el sentido estricto del término. Es más bien un gestor. Un alto ejecutivo de empresa. Ello lo demuestra, por ejemplo, el que en 1976. fuese elegido presidente de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), sucediendo a Enrique García Ramal y a Gabriel Barceló. APD es una institución privada considerada como «un centro de orientación y guía de la dirección española», que incluye tanto al empresario como al gestor, al alto ejecutivo.APD ha sido para Garrigues, durante casi un lustro, una extraordinaria ea a de resonancia, que ahora abandona para dedicarse con más intensidad a la potenciación de los Clubes Liberales, en un intento de separar la actividad política directa, del diálogo económico-político-social realizado en APD.
La actividad profesional de Antonio Garrigues Walker se concentra en un bufete de abogados dedicado al derecho de empresa, que fundaran Joaquín y Antonio Garrigues y Diez Cañabate. Este bufete está situado en la madrileña calle de Antonio Maura, a pocos metros del recientemente abierto por Adolfo Suárez, que, por cierto, también se dedica al asesoramiento de compañías multinacionales. El despacho tiene derivaciones en Barcelona y Nueva York, y próximamente abrirá una delegación en Bruselas. Como consecuencia de su actividad, los abogados que a él pertenecen acumulan alrededor de ochenta consejerías de administración, de las cuales más de una docena tienen su titularidad en Antonio Garrigues. Entre ellas, la de Altos Hornos de Vizcaya, Rolex, IBM, Ford España, Avon (como secretario no consejero), 3M España (como secretario no consejero), Colgate, Cooperación entre Empresas, Heartz, Sears y RCA. Estas consejerías se incorporan al servicio legal del despacho, esto es, las multinacionales, al llegar a España, exigen que un representante de su bufete de abogados figure en los consejos de administración como asesor legal.
Entre las actividades atípicas que Antonio Garrigues Walker realiza dentro del bufete figura la de defender profesionalmente la devolución del patrimonio histórico de la CNT.
