Bofill afirma que en seis meses estará ultimado el proyecto para ordenación del antiguo cauce del Turia
«El plan de ordenación del antiguo cauce del río Turia es un proyecto apasionante y muy difícil, que puede cambiar a nivel internacional la imagen de Valencia. Mi equipo trabajará en estrecha colaboración con los técnicos municipales, y el proyecto estará listo en seis meses». El arquitecto Ricardo Bofill resumió con estas declaraciones a EL PAÍS sus primeras impresiones sobre el encargo del Ayuntamiento de Valencia de remodelar el cauce viejo del Turia.
Se cumple así la voluntad de la opinión pública valenciana -repetidamente manifestada por todos los partidos políticos y organizaciones ciudadanos-, en el sentido de convertir el cauce en zona verde. Y se Inicia a un tiempo una nueva po lémica que coloca a Bofill en su epicentro, a pesar de que la actividad del arquitecto no ha superado aún la fase informativa y de consulta. El viejo cauce del Turia, que cruza el centro de la ciudad, quedó libre de sus funciones naturales con la construcción del Plan Sur, desvío del Turia proyectado para evitar inundaciones como la que asoló la ciudad en 1957. En 1976, el Ayuntamiento solicitó del Estado la confirmación, a favor de Valencia, de la plena propiedad de los terrenos del cauce enclavados en el término municipal. Un real decreto de diciembre de este mismo año cedió gratuitamente al Ayuntamiento terrenos del cauce por una extensión de 1.193.217 metros cuadrados, destinados a «red viaria urbana y parque público». La posibilidad de que el viejo lecho pudiera servir para la construcción de una red de comunicaciones, u otros usos similares, sensibilizó a la población. Desde entonces, y hasta obtener la promesa formal del consistorio democrático en favor de la zona verde, no han dejado de sucederse las manifestaciones en pro de la planificación de un gran parque público.
El concejal de Urbanismo, Juan Antonio Lloret, inició en el mes de julio las gestiones para la contratación de Bofill. Llevadas a cabo con las más absoluta reserva, el resultado positivo no había sido hecho público hasta ahora. «La propuesta», declaró Lloret a EL PAÍS. «partió del qrupo socialista. Hay acuerdo con los concejales comunistas y con el único representante de Esquerra nacionalista. UCD ha dicho que el proyecto podría resultar muy caro, pero no cuestiona la personalidad de Bofill».
Búsqueda de información
Sobre las condiciones del encargo dijo Bofill que «no hay nada pactado aún, pero mi taller puede permitirse el lujo de no ganar dinero con este proyecto, y así lo vamos a hacer». El arquitecto barcelonés prolongará durante varias semanas el período de consultas con asociaciones ciudadanas y con los profesionales de Valencia. «La creación ha de partir de la información. De momento existe el consenso sobre el uso del cauce como zona verde. Este será el punto de partida». Según Bofill, «hay una saludable prevención generalizada de que se pongan en el cauce los menos elementos posibles. Mi idea es que el proyecto ha de cenerar no solamente equipamiento, sino también una actividad económica para la ciudad». Bofill se ha paseado estos días por Valencia. «De momento estoy leyendo la ciudad. La relación de la urbe con la huerta es aquí fascinante. Valencia es muy ecléctica, como mezclada a base de muchos elementos superpuestos. Y muy popular y barroca. Todo esto habrá que tenerlo necesariamente en cuenta porque el cauce ha de ser el aran pulmón de la urbe».
Ricardo Pérez Casado, alcalde socialista de Valencia, ha permanecido hasta la fecha en un segundo plano. En sus primeras declaraciones sobre el proyecto, concedidas a EL PAÍS, afirmó que «el río va a ser el gran articulador de una ciudad moderna y distinta de ésta tan problemática que ahora tenemos. El Ayuntamiento pretende modificar la gran congestión del centro, desplazándolo hacia las periferias y creando otros nuevos». Según esto, una urbe distinta irá configurándose alrededor del viejo cauce, que será el eje ordenador del proyecto, con un nuevo ayuntamiento para usos burocráticos y un gran palacio de congresos. Este nuevo diseño se hará, según Pérez Casado, con criterios de máxima eficacia y participación.
Bofill ha anunciado que su plan general será complementado, en el desarrollo de los aspectos concretos, por los arquitectos valencianos. Filiberto Crespo, decano del Colegio de Arquitectos. declaró a este periódico que «no hemos sido consultados. Se trata de una decisión política del Ayuntamiento, y nosotros no entramos en este tipo de planteamientos». El coleclo ha cuestionado el método seguido para la contratación de Bofill, pero «esperaremos a ver el resultado de su trabajo para pronunciarnos en un sentido o en otro».
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