El obispo de León condena el fraude del aceite tóxico

El obispo de León, Fernando Sebastián Aguilar, criticó duramente el domingo, en un artículo enviado a los periódicos locales, el proceder de la Administración y las empresas responsables del envenenamiento masivo por aceite de colza, «que se vendió por zonas deprimidas» como un próspero negocio «a la sombra del desamparo y la pobreza».El obispo denuncia que numerosas familias de las zonas rurales, donde reside el grueso de los setecientos afectados leoneses, «no pueden atender sus casas ni sus tierras, ni sus ganados, y algunos están pensando en vender o han tenido ya que hacerlo».

Para Sebastián Aguilar, «la gente más culta y mejor instalada corre el riesgo de no dar la debida importancia a lo que está ocurriendo», y señala que en el asunto del envenenamiento «no han fallado sólo los empresarios y los comerciantes, sino también los funcionarios que no ejercieron eficazmente sus funciones de control y vigilancia».

Por último, el titular de la diócesis leonesa pide que a todos los afectados se les garantice una pensión y asistencia sanitaria gratuita mientras dure su inutilidad para el trabajo, y, sobre todo, que la Administración controle eficazmente el rendimiento de los distintos organismos interesados en el tema y proceda «de forma enérgica, sin ceder ante ningún tipo de intereses ni de presiones».