Renace el optimismo en las prospecciones de gas del Pirineo
Las prospecciones de gas natural en el Pirineo de Huesca generaron la pasada semana una inyección de moral y optimismo. Por las dos bocas del sondeo número diecisiete, situado entre Jaca y Sabiñánigo, salió un chorro de gas que ha tardado treinta horas en apagarse. Aunque los técnicos no han querido comprometerse en evaluaciones concretas, el pesimismo que domina estos sondeos desde hace casi un año ha sido superado. Versiones recogidas por EL PAIS indican que, en una estimación conservadora, las reservas de la zona superarían los cinco o seis millones de toneladas equivalentes de petróleo (la décima parte del consumo energético anual en España).
Fuentes de la Comisaría de la Energía consultadas por este periódico han confirmado que conocen los últimos hallazgos. Sin embargo, añadieron que no han querido lanzar Ias campanas al vuelo para que no ocurra como a principios de 1978. Por aquellas fechas, a raíz de las primeras llamaradas del sondeo de Sabiñánigo, hasta entonces conocido como Jaca-1, se habló de posibles reservas recuperables superiores a los veinte millones de toneladas equivalentes de petróleo. Las peripecias de las prospecciones realizadas después han recomendado precaución, según las citadas fuentes. La razón estriba fundamentalmente en que, como siempre se ha apuntado, la estructura del yacimiento es de roca porosa. Ello impide hablar con propiedad de bolsas determinadas, pues parece haber múltiples ramificaciones en una superficie de kilómetros cuadrados situada entre los 5.000 y los mil metros de profundidad.
Etapa de cautela
Así las cosas, en medios próximos al Gobierno, que han sido informados de los hallazgos de los últimos días por responsables de la empresa pública Eniepsa-Hispanoil, encargada de los sondeos en la zona, se afirma que acabamos de entrar en una tercera etapa. « Las estimaciones sobre reservas en esta etapa», añadieron, «no son tan buenas como al principio ni tan malas como en la segunda». En opinión de estos medios, harán falta no menos de ocho sondeos más para delimitar la estructura del yacimiento, donde Eniepsa-Hispanoil ha invertido ya en torno a los 2.000 millones de pesetas. La porosidad de la zona, en otro caso, podría dar grandes sorpresas. Por ello, distintos técnicos aconsejan otro año de sondeos de delineación y configuración de la parte exterior.
No obstante, el optimismo de los encargados del sondeo ha calado ya en los círculos aragoneses donde reservadamente ha empezado a circular la noticia. Algunos de ellos han señalado a EL PAIS que, según las explicaciones privadas de los técnicos, el hallazgo de la semana pasada confirma la necesidad de los proyectos de industrialización en la zona para aprovechar parte del gas, además de la posible realización de un ramal que enlace con el gasoducto Tarragona- Barcelona-Haro-Vitoria-San Sebastián-BiIbao, que desde Tarragona va a Valencia, si bien existe el proyecto de que llegue por este lado a Murcia y Cartagena, y desde Haro a Madrid y a Palencia-Valladolid. Sea lo que sea», agregan, «la comercialización del gas del yacimiento es ya rentable, y no parece haber grandes obstáculos para que, como estaba previsto, se inicie en 1983.
El gas en España
Según fuentes gubernamentales, si las reservas recuperables de Sabiñánigo resultan limitadas a los cinco o seis millones de toneladas equivalentes de petróleo barajadas ahora como hipótesis baja o conservadora, puede afirmarse en la misma línea moderada que actualmente las reservas totales descubiertas en España rondan algo más de veinte millones de toneladas equivalentes de petróleo. Este nivel es similar al calculado para el propio petróleo con las mismas precauciones. De los veinte millones largos citados, el mayor yacimiento se sitúa en Bermeo (Vizcaya), donde se mantienen las excelentes perspectivas dadas por Eniepsa a finales del pasado año, aunque fuentes de la Comisaría de la Energía prefieren de momento cifrar las reservas recuperables en diez millones de toneladas equivalentes de petróleo. A continuación figuran, prácticamente al mismo nivel, los yacimientos de Sabiñánigo y Cádiz (en este caso hallado por la empresa pública Campsa), que pueden tener en conjunto diez v doce millones de toneladas equivalentes de petróleo. Por último las reservas recuperables de San Carlos (Tarragona) se cifran en otro millón de toneladas.
La explotación por Epaña de estas reservas, que entre gas natural y petróleo permitirían escasamente la autosuficiencia para un año, si pudieran ser extraídas en ese tiempo, costará aproximadamente la mitad del precio al que son pagadas las importaciones.
Nuevos objetivos
En cualquier caso, las últimas noticias de Sabiñánigo y las buenas perspectivas en los otros yacimientos de gas natural animarán a la Administración española a elevarlas previsiones de cobertura de las necesidades energéticas españolas mediante el gas, con motivo de la primera revisión bianual del Plan Energético Nacional, que será presentada en breve a las Cortes. El PEN, aprobado hace dos años, preveía que en 1987 el gas cubriría el 7% u 8% de las necesidades de energía primaria, frente a poco más del 2% actual, en su inmensa mayoría comprado al exterior. En opinión de los técnicos (véase EL PAIS de los días 21, 22 y 23 de mayo pasado), España podría alcanzar una cobertura del 10% en 1990. De esta forma llegaría a poder equiparse con los niveles de la Comunidad Ecoiiómica Europea, donde actualmente algunos países lo utilizan para cubrir hasta el 17% de sus necesidades totales.
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