Proyecto de estructura para el fútbol español / y 2

Este nuevo esquema de la organización futbolística sólo permitiría sentar las bases para un desarrollo más eficaz y práctico de estas instituciones. A ello habría que añadir, por parte sobre todo de la Liga profesional, unas grandes dosis de imaginación y decisión, con el fin de obtener del espectáculo que venden el máximo de recursos.La situación actual de las competiciones españolas con una Primera División de dieciocho equipos, una Segunda de veinte equipos, y dos Segunda B de veinte equipos cada una, no ha hecho más que empobrecer al fútbol español.

Los campos sólo se llenan cuando el partido tiene interés en relación con la clasificación final y al público, desgraciadamente, le interesa bien poco que se juegue bien o mal al fútbol si su equipo favorito gana.

Por otra parte, al ir bajando de categorías, se ha demostrado que son las rivalidades regionales -hoy potenciadas con la nueva estructura del Estado- las que proporcionan mayores ingresos y esa es una de las razones por las que la Segunda B ha resultado un auténtico fracaso.

Nuestra propuesta en el campo de las competiciones nacionales se basa en eliminar la Segunda B y dejar la Tercera División en unas competiciones para aficionados y semiprolesional (amateur compensados) dependiente por tanto de las federaciones regionales y la nacional. Así, la Liga profesional estaría formada sólo por los clubes de Primera y Segunda divisiones.

Estas divisiones quedarían estructuradas de la siguiente manera:

Primera División: 14 clubes. Segunda División: «Norte», 20 clubes; «Sur», 20 clubes.

Se arbitrarían fórmulas necesarias para, mediante disposiciones transitorias, respetar los derechos adquiridos de los jugadores profesionales, si éstos por razón de pérdida de categoría de su club tuvieran que jugar en Tercera División.

La Liga

La Liga sejugaría de la siguiente manera:

,Primera División. Primera fase. Todos contra todos. 26 partidos.

Segunda fase. (La comenzaría cada equipo con los puntos obtenidos en la primera fase.)

Primer grupo. Siete primeros clasificados en primera fase, que jugarán entre sí todos contra todos, para proclamar el campeón de Liga, subcampeón y equipos con derechoajugarel torneode la UEFA.

De los siete equipos, cinco o seis tendrían esta posibilidad. Doce partidos.

Segundo grupo. Siete últimos clasificados en la primera fase, que jugarían entre sí todos contra todos y que decidiría los dos equipos que bajan y los dos que promocionarían con los subcampeones de Segunda División, para su descenso o permanencia.

En total, se jugarían 38 partidos de Liga, cuatro más que en la actualidad, y el mismo número de partidos que ahora disputan los equipos de Segunda División A y B.

Ventajas de este sistema

Partidos más competitivos, sobre todo en la segunda fase, con más taquillas y mejores recaudaciones. Plantillas más amplias, hasta treinta jugadores, con libertad de contratación hasta la segunda fase. Liga dura que proclamaría campeón al equipo más regular y completo de la temporada, con más posibilidades de demostrar esa regularidad.

Segunda División. Repartidos en dos grupos de veinte equipos.

Grupo Norte: veinte clubes.

Grupo Sur: veinte clubes.

Todos contra todos, como en la actuíalidad: 38 partidos.

Asciende el campeón y promociona a Primera el subcampeón de cada grupo.

Descienden los cinco últimos clasificados de cada grupo.

Ventajas. Mejores taquillas promovidas por.una más directa rivalidad regional, y con la posibilidad directa del ascenso a Primera División.

Copa

La Copa española es en la actualidad el ejemplo de cómo no se debe planificar una competición, en estos momentos ruinosa para los equipos de Primera y Segunda División.

La Tercera División jugaría su Copa de la Federación controlada y dirigida por ésta (no puede permitirse que algunos clubes de Tercera hagan, como en la actualidad, sus presupuestos con la suposición de que tengan la enorme suerte de que les toque un equipo de Primera importante en la primera o segunda ronda).

La Copa la jugarían únicamente los equipos de Primera y Segunda División (invitando, si ello fuera posible, a los terceras más destacados de la temporada anterior).

La primera ronda la jugarían los equipos de Segunda División, enfrentándose los del Grupo Norte a los del Sur.

A partir de la segunda ronda, dieciseisavos, irían incluyéndose los equipos de Primera División que no tuvieran obligaciones internacionales.

A partir de los cuartos de final se jugaría una vez terminada la Liga, permitiendo a los equipos eliminados planificar giras y partidos amistosos en España y el extranjero.

El calendario

El calendario de Liga y Copa podría ser el siguiente:

Septiembre, octubre, noviembre, diciembre, enero y febrero, primera fase, Primera División.

Marzo, abril y mayo, segunda fase, quedando un domingo para alguna posible competición internacional, así como fiestas entre semana y miércoles, si no hay competición europea.

Junio, cuartos, semifinales y final de la Copa.

Alguien podría alegar que, conun cálendario tan recargado quedarían muy pocas posibilidades de fechas para la selección nacional, pero ésta podría utilizar prácticamente todos los miércoles del año, excepto aquellos en que se celebraran competiciones europeas, pues las obligaciones de los equipos de la Primera División en la Copa, cón la no participación de los clubes de Tercera División, quedaría muy reducida, y pensar que obligar a jugar a los futbolistas miércoles y domingos es una aberración va en contra de lo que en la actualidad realizan los jugadores de las naciones europeas y americanas más potentes en el concierto futbolístico mundial.

Competiciones de suplentes

Con el fin de mantener al día a los suplentes de los equipos de Primera División, podrán organizarse los miércoles unas ligas regionales de estos segundos equipos de cada club, en grupos de equipos de zonas concretas de cada país, alternando, si ello fuera posible, con suplentes de equipos de Segunda División.

Además del interés para los entrenadores de analizar a los jugadores suplentes y verles en acción, podrían obtenerse algunas pequeñas recaudacíones, o bien ofrecer a los socios mayores alicientes a la hora de pagar sus cuotas.