La Caja Rural de Santander adquirió obsequios por valor de 200.000 pesetas para inspectores del Banco de España

La dirección de la Caja Rural de Santander ordenó la compra de obsequios, por valor de unas 200.000 pesetas, para entregar a los inspectores del Banco de España que realizaron en la entidad de ahorro rural una investigación entre los meses de febrero y marzo del presente año. De la inspección, terminada el 26 de marzo, se dedujeron «varias irregularidades», según palabras del presidente del Banco de España, Alvarez Rendueles; pero aún no se han hecho públicos sus resultados ni las sanciones procedentes.

Entre la documentación examinada por los inspectores, además de la de rutina se encontraba otra que descubría la irregularidad de algunas actuaciones de la Caja Rural y la implicación en las mismas de personalidades de la política y los negocios, entre ellos, el diputado de UCD y presidente de la Cámara Agraria regional, Justo de las Cuevas. Estos documentos fueron enviados también a Madrid, directamente al gobernador del Banco de España y a altos ejecutivos del partido del Gobierno. El consejo de la Caja Rural de Santander, cuyo presidente, Pedro Rivero, presentó la dimisión inmediatamente después de la inspección del Banco de España, ha convocado para hoy una asamblea informativa en la qué, según parece, el director general, Tomás Mier, intentará rebatir las acusaciones apelando nuevamente a la normalidad. Sin embargo, varios consejeros, hasta ahora fieles a la dirección, han dado a entender la posibilidad de un debate sobre los problemas de fondo de la entidad y, en concreto, sobre las influencias ejercidas por Justo de las Cuevas en torno a una generosa política de créditos concentrados peligrosamente en torno a una construcción de viviendas en la capital de la región.

Entre los consejeros se encuentra, como presidente de una cooperativa de Comillas, el también diputado centrista Ciríaco Díaz Porras, duramente enfrentado políticamente a Justo de las Cuevas desde finales de 1979, cuando Díaz Porras entregó a la. dirección nacional de UCD un informe muy crítico sobre la trayectoria económica, política y personal de su compañero.

Dinero del campo para gorros de baño

Además de la concentración de riesgos en créditos concedidos por evidentes razones políticas, otros temas que habrá de examinar la asamblea de las 38 cooperativas propietanas de la Caja Rural de Santander se refieren a falsificaciones de firmas en numerosos talones (véase EL PAÍS del 1 de septiembre de 1981), la situación privilegiada de algunos créditos y, en concreto, la existencia de uno con interés cero a nombre de un líder del sindicato agrario Aigas, que preside Justo de las Cuevas, y la circunstancia de los numerosos fallidos que tiene la Caja Rural, además de créditos de hasta cien millones de pesetas a cooperativas inexistentes. Entre los fallidos, los expertos destacan el que se refiere a la empresa Cauchos Marles, fabricante de gorros de baño, con la que la entidad de ahorro rural santanderina tiene un irrecuperable de 85 millones de pesetas, acumulado sobre una cuenta inicial de crédito de 400.000 pesetas. Ese fallido, evidente desde el principio, según esos expertos, ha sido englobado y acumulado por efectos librados por el entonces jefe de inversiones.y de riesgos de la Caja Rural, ascendido recientemente a subdirector. Esa acumulación, cuyo seguimiento se obtiene con facilidad por documentos a los que ha tenido acceso el corresponsal de EL PAÍS, es bastante inferior, sin embargo, a la política de créditos favorables a Justo de las Cuevas, que en la última semana de agosto ha vuelto a negociar con la Caja Rural un peloteo de letras del orden de unos diez millones de pesetas para cubrir un saldo negativo de igual cantidad en la cuenta a nombre de una de sus empresas, la Iguña Ganadera, que ya tuvo una cuarta parte de los descubiertos de la Caja Rural durante el mes de febrero de este año. Otro punto polémíco en discusión se refiere a la política de créditos de la entidad rural, que, con 3.800 millones de recursos ajenos, ha dirigido el 90% de sus inversiones crediticias hacia clientes de la "capital de Cantabria, cuya oficina prliicipal recaudó ochocientos millones de recursos ajenos, mientras que la zona rural sólo se beneficia del otro 10%, a pesar de qtie sus oficinas, distribuidas por toda la región, han obtenido 3.000 millones de ahorro popular. El debate sobre la cuenta de resultados, que según la dirección da unos beneficios de veintiséis millones, y, según fuentes del Banco de España unas pérdídas de sesenta millones, ha quedado despejado con la decisión de la dirección de la Caja Rural de no hacer efectiva este año la paga extraordinaria que hasta ahora habían cobrado los trabajadorel sobre Lin 15% de los beneficios. La medida ha sido justificada, sin embargo, como castigo por la filtración de documentos a la Prensa, realizada, según la dirección, por algún miembro de la plantilla.