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La descoordinación entre policía y Guardia Civil dificultó la desarticulación de una banda de falsificadores de divisas

La detención en el aeropuerto de Barajas de un ciudadano chileno y otro colombiano cuando intentaban introducir en Madrid, desde Bogotá, billetes falsos de 5.000 pesetas por un valor de casi 29 millones (véase EL PAÍS de ayer) podría tratarse solamente de la punta del iceberg de una importante operación internacional de faisificación y tráfico de divisas y podría explicar la detección desde hace aproximadamente un mes de numerosos billetes falsos del mismo valor en Madrid, Galicia y Cataluña. No obstante, la descoordinación entre el Cuerpo Superior de Policía y la Guardia Civil ha podido perjudicar el desenlace de esta operación, al filtrarse desde este último cuerpo la noticia de las detenciones.

Uno de los detenidos, al parecer, tenía intención de viajar próximamente a Madrid, también desde Bogotá, donde se estima se encuentra la imprenta donde se fabricaban los billetes. En concreto, ayer existía un evidente malestar en la Dirección General de la Policía por el desarrollo de los acontecimientos.Fuentes policiales de toda solvencia confirmaron a este periódico que la Brigada General de Policía Judicial, que ya conocía por un chivatazo la llegada de estas dos personas que portaban la

moneda falsa, pidieron colaboración a los miembros de la Guardia Civil de servicio en el aeropuerto de Barajas para que se pudiera camuflar la detención de tal forma que pareciera rutinaria y no levantara sospechas que pudieran dar al traste con el fin de la operación policial.La investigación dió como fruto la localización de un local en Bogotá, donde se imprimían los citados billetes falsos y, en estos momentos, la policía colombiana, avisada por los funcionarios españoles, está tratando de dete ner a los cabecillas de esta banda internacional.

Según información facilitada ayer a este periódico por la agencia Europa Press, que citaba fuentes de la Guardia Civil, fueron detenidos con relación a este caso el súbdito chileno Jaime Patricio Solórzano y el colombiano Oscar Pozo Ramírez, a quienes se les intervino 13.800.000 pesetas y 14.820.000 pesetas, respectivamente, todas ellas en billetes falsos de 5.000 pesetas.

Diferencias

El Banco de España, tras detectarse la amplia circulación de los falsos billetes de 5.000 pesetas, hizo pública una nota en los primeros días del mes de agosto en la que describía las principales diferencias entre los billetes de curso legal y los falsificados tomando como referencia uno de éstos, con el número P5329720, detectado en una de sus sucursales de la ciudad de Gerona.

Las diferencias en el papel eran fundamentalmente la inexistencia en los márgenes blancos de los billetes legítimos, sobre todo cuando están sucios, de una leve cuadrícula que se aprecia a simple vista en los falsos. El sonido del carteo, que a la abanicada del auténtico recuerda al de una lámina metálica, resulta más apagado en el falso, y en la marca de agua del billete falso, vista al trasluz, los contornos y las facciones del retrato aparecen definidos por líneas, no apreciándose los claroscuros ni la expresión del rostro propios del billete legítimo. El billete falso carece de impresión calcográfica, impresión en relieve que es, en cambio, muy notoria en el legítimo y que se aprecia fácilmente al tacto en toda la orla y, sobre todo, en los tres ángulos del anverso y reverso en que figura el valor del billete en número. Esta es la característica fundamental de autenticidad.

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