Los problemas de UCD

El nacimiento de la llamada Plataforma Moderada en el seno de UCD, aparte de reflejar una lucha interna sin pausa, viene a clarificar lo que significa en el arco político español el conglomerado de ideas, concepciones, principios y... nostalgias, conjuntadas bajo -estas siglas con fines puramente electoralistas. De este mosaico de monárquicos, tradicionalistas, franquistas medulares, franquistas resentidos, 'liberales, conservadores, social demócratas, surgió el instrumento político que les catapultó al poder, eso sí, mediante el sistema democrático de las urnas.De este extraño maridaje, era inevitable la aparición de enfrentamientos y contradicciones como las, que van aflorando a la superficie.

Resulta lógico que hombres y nombres que,todos recordamos, hoy etiquetados con el marchamo de demócratas, fieles a su pasado reciente, se alarmen y arrojen la esponja ante algunos progresos que, pese a ellos, se van produciendo en este lento caminar por la vía de la democracia. Uno de estos avances podría ser la controvertida y polémica ley de Divorcio, sacada adelante por un hombre de conocido talante liberal, apoyado por las fuerzas progresistas del país, el señor Fernández Ordóñez, al que, de paso, cabría. preguntarle: ¿qué hace un hombre como usted en ese gallinero? Sobre todo después de los torpedos lanzados sobre su valiente y realista ley por los más retrógrados de sus propios correligionarios.

Estos señores moderados aseguran que UCD está traicionando a su electorado. Yo diría a una gran parte de su electorado, a estos cientos de milés de ingenuos votantes que por miedo o porque creyeron de buena fe en sus promesas democráticas les otorgaron su confianza, hoy perdida, sin lugar a dudas.

Tienen razón al hablar de traiciones. Traicionaron los pactos de la Moncloa; arrumbaron la ley de Incompatibilidades, porque eista ley afectaría a muchos de sus antiguos incondicionales y a ellos mismos; están retrasando cuanto pueden el desarrollo del proceso autonómico; no han sido capaces de hallar solución al gravísimo problema del paro, al contrario, lo han incrementado hasta cotas que se van haciendo insostenibles; no han establecido la enseñanza gratuita para todos los españoles; no han erradicado el terrorismo de uno u otro signo; no han sabido o podido evitar el vergonzante 23 de febrero.

Y cuando el país tiene tan graves problemas económico-sociales, su mayor obsesión es uncirnos al carro de la OTAN, sin tener en cuenta el sentir de la inmensa mayoría de los españoles que no estamos interesados en tan peligrosa y costosa aventura. ¿Por qué no consultan al pueblo sobre asunto de tanta trascendencia? Sencillamente, saben a prior¡ cuál va a ser la respuesta, lo que quiere decir que nuestros gobernantes, la UCD, "democráticamente", actúa de espaldas a la mayoría de los españoles. El pueblo es tan zote -deben pensar-, que no se le puede permitir opinar sobre algo tan trascendental. Por favor, señores de UCD, déjennos demostrarles que el pueblo tiene una sensibilidad y una madurez que ustedes, en buena práctica democrática, no pueden ni deben soslayar./