Respuesta a Ricardo Lezcano
El artículo de Ricardo Lezcano publicado en EL PAIS correspondiente al pasado día 26 de julio me obliga, dadas las referencias que en el mismo se me hacen, a afectuar las siguientes puntualizaciones:1. Yo no he creado un nuevo tipo de contribuyentes (el lactante), si no simplemente me he limitado a precisar que los lactantes son personas, extremo este que parece plantear serias dificultades de comprensión al señor Lezcano, y, como tales, sujetos pasivos del impuesto sobre la renta de las personas físicas, habida cuenta de lo dispuesto en el artículo 4.2 de la ley reguladora del mismo.
2. Tampoco he dejado olímpicamente de lado la orden ministerial de 29 de mayo de 1980 (aclaratoria, dicen, del tema de las 10.000 pesetas) por su rango inferior a la ley, sino porque la misma va en contra de lo dispuesto tanto en la ley como en el reglamento del impuesto sobre la renta de las personas físicas, lo cual es bien distinto. En cualquier caso, esa «extraña selectividad» en lo que a disposiciones se refiere que el señor Lezcano me atribuye ha sido la tomada en consideración por la Audiencia Territorial de Barcelona y por los «escasos» asesores fiscales que defendemos que la deducción global de las 10.000 pesetas lo es por cada uno de los miembros que integren la unidad familiar.
3. El tono ofensivo para con los profesionales de la asesoría fiscal que el señor Lezcano manifiesta en su artículo no es sino fiel reflejo de su incapacidad para formular el más mínimo argumento jurídico en apoyo de las posturas que con tanto ahínco defiende. En este sentido es explicable que se tome en consideración la incidencia económica del asunto de las 10.000 pesetas, y que se trate de dar una solución legal que deje definitivamente zanjado el terna. No obstante, aducir como argumentos de apoyo una orden contraria a la ley y los documentados folletos de bancos y cajas de ahorro, e intentar demagógicamente descalificar a quienes defendemos posiciones contrarias, es, cuando menos, poco serio.
4. Apoyo sin reservas de ningún tipo la reforma fiscal, y ello lógicamente sobre la base de la aplicación puntual de sus textos legales, cuyo cumplimiento debe servir, sin duda, para ofrecer la seguridad jurídica y credibilidad necesarias para su puesta en práctica. Mucho me temo que es, el señor Lezcano quien, quizá inconscientemente, está haciendo esa pequeña guerra contra la reforma al ignorar la legalidad vigente en beneficio exclusivo del criterio recaudatorio./
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