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Los "renovadores", dispuestos a participar, con condiciones, en la dirección del PCE

«Para nosotros ha pasado el tiempo de poner en el primer plano lo problemas internos del partido; es hora de ocuparse de los problemas del país». Carlos Alonso Zaldívar, responsable de política municipal y autonómica en la dirección saliente del PCE, resume así la posición adoptada por destacados renovadores tras el X Congreso de su partido. Aun con las reservas propias de un proceso que ha registrado duros enfrentamientos, el citado sector cree que se han alcanzado resultados interesantes, y no se niega a participar en los órganos de dirección, «siempre que sea en condiciones aceptables».

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Esta postura responde al anuncio hecho por uno de ellos, el economista Julio Segura, durante el pleno en que se debatió la cuestión de las candidaturas. Según este sector, la composición del Comité Central no refleja la relación de fuerzas ni la necesaria presencia en la dirección del PCE de los distintos frentes de actividad del partido, pero en conjunto creen que la renovación es mayor de lo que pudo parecer durante los tensos debates de la semana pasada. Siempre según estas fuentes, entre un 20% y un 25% puede configurarse como no carrilista en el Comité Central.«Un balance del congreso afirma Alonso Zaldívar, «permite comprobar que el eurocomunismo ha triunfado en toda la línea, tanto en la dimensión de la política internacional como en las cuestiones más inmediatas de política nacional». Sobre la democratización del PCE, «hay más hechos que tesis: se ha producido un ejercicio de democracia, del que va a ser imposible volver atrás». En cuanto a la polémica entre las dos concepciones del partido, «no puede darse por zanjada, pero en la práctica se ha aprobado una tesis séptima y unos estatutos que acatamos; a su vez, el congreso, con sus votos, ha demostrado que no acepta el estilo dogmático e intolerante de un Cazcarra, el menos votado de toda la dirección».

Alonso Zaldívar hace una distinción clara entre las intenciones de la comisión oficial de candidaturas y el resultado final que los delegados produjeron con su votación. «El pleno de delegados unió a los que nos habíamos distanciado», afirma. «Por ejemplo, yo quedé a veintiséis votos de Carrillo. Además, los delegados corrigieron en parte los graves errores de la comisión de candidaturas en los frentes municipal y feminista, y también en el movimiento obrero, incorporando a tres renovadores que no estaban en la lista oficial. Creo que los principales responsables de esos errores fueron Jaime Ballesteros y Nicolás Sartorious, que no debían haber permitido la salida de tantos miembros del equipo municipal y de otros frentes importantes del partido».

Para el citado dirigente, el objetivo de fondo de los renovadores está en vías de conseguirse: hay muchos resquemores por la nula representación del citado sector en Andalucía -la única persona del mismo que entró en la lista oficial, Fernando Pérez Royo, se retiró en vista de su soledad- y en el grupo municipal de Madrid. «Pero se ha conseguido crear un clima capaz de cortar la hemorragia de abandonos de nuestro partido, y podría iniciarse una recuperación, si ese ambiente se confirma, con una estructuración aceptable de los órganos de dirección y de las comisiones de trabajo. El problema es que Carrillo ha hablado de la lealtad como cualidad más importante; ¿pero lealtad a quién: al partido o a su persona? Esa es la cuestión».

Julio Segura: "Congreso de transición"

No todos los renovadores comparten esta visión al 100%, pero algunos de los más destacados -Manuel Azcárate, Pilar Brabo, Julio Segura, entre otros- han llegado a una convergencia de puntos de vista con Alonso Zaldívar. El economista Julio Segura, que quedó a menos de cincuenta votos de Carrillo (por encima de Jaime Ballesteros o Simón Sánchez Montero), afirma que no existe peligro de escisión: «Nuestra postura es la de continuar en el PCE, por supuesto. No nos hemos planteado que nuestro partido pueda ser otro. Nos quedamos, pero para trabajar en lo que hemos creído hasta ahora; por eso queremos estar ahí y aprovechar a tope las posibilidades estatutarias».Segura piensa que éste ha sido un congreso de transición, y que las cosas se decantarán con mayor claridad en el futuro. «Lo más peligroso», dice, «no es tanto la gente que rodea a Carrillo, sino que se pueda decir, en 1981, que las señas de identidad de nuestro partido son la Revolución de Octubre en Rusia, y la separación tajante de la socialdemocracia, porque esas son las señas de identidad del partido de Lenin».

Ignacio Gallego: "Profundizar el eurocomunismo"

Desde el campo oficialista, el entorno de Santiago Carrillo destaca no solo la reeleción de éste, sino la aprobación de sus posiciones. Pero el dato más destacado por personas vinculadas a ese sector es la libertad con que el congreso ha debatido sus problemas,Para Ignacio Gallego, figura muy destacada del sector oficialista, «éste ha sido un congreso muy importante en la vida de nuestro partido; ha habido un debate muy serio en torno a cuestiones de tipo ideológico. político y organizativo, y se han manifestado las distintas tendencias de opinión que se dan en un partido de una sociedad tan compleja como la nuestra. El resultado es positivo, por el hecho de que se ha aprobado un informe del Comité Central, presentado por el secretario general, en que se define y profundiza toda nuestra concepción eurocomunista».

«Ha habido muchas diferencias», añade Gallego, «pero ahora hay unas conclusiones, una línea trazada, que todos estamos obligados a aplicar. Ahora bien, la aplicación de una línea general no está en contradicción con el hecho de que sobre temas teóricos o culturales la discusión no pueda darse nunca por cerrada. Sobre esta base, el partido puede dar un paso importante en la consolidación y extensión de su fuerza organizada y en su influencia política en el país. Alguien ha dicho que este congreso ha estado muy orientado hacia dentro, y al igual que otros congresos recientes, la solución de problemas internos muy, importantes ha podido dar esa impresión; pero leyendo el informe y las tesis aprobadas puede verse que en el centro de nuestra preocupación está la contribución al fortalecimiento de la democracia».

Ignacio Gallego no comparte la idea de que el X Congreso ha sido un paso atrás en la política de apertura, «sino más bien todo lo contrario. Se presenta como retroceso algo tan normal como estructurar mejor todo nuestro trabajo organizativo».

Camacho y Sartorius: "Ponerse a trabajar"

Después de Dolores Ibárruri, el dirigente más votado para el comité central fue Marcelino Camacho, quien precisarr ente hizo la propuesta de Pasionaria y Carrillo para presidenta y secretario Cleneral, respectivamente. Camacho tampoco cree que vayan a producirse escisiones en el PCE: «Nuestro congreso ha reflejado los problemas de una sociedad convulsa como es la nuestra, pero, pasadas las tensiones, yo creo que el conjunto del partido se pondrá a trabajar. Mi intención es que se cumplan los acuerdos y que sea posible la integración ».En fin, Nicolás Sartorius uno de los vicesecretarios in péctore -fue el tercer dirigente más votado-, manifestó durante las sesiones que se había intentado «evitar un congreso de coyuntura o haber caído en una asamblea demasiado ideologizada, dejando a un lado los problemas reales de las masas y las soluciones a problerfias concretos, intentando la síntesis unitaria». No obstante, lamentó que se hubiera caído en el riesgo de «excesiva interiorización» de los problemas.

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